Arturo Mancia Elizondo sobrevivió a un fatal accidente frente a la Universidad de Costa Rica (UCR), pero una parte de él murió al perder a su mejor amiga, Saray Ríos Ortega, quien falleció en el atropello.
Él asegura que antes era inevitable sentir el dolor de la ausencia, pero con el pasar de los años, recuerda las enseñanzas y el gran amor que tenía Saray para con los demás y eso lo hace sentir orgulloso de haberla conocido.
Asegura que aunque Saray no está físicamente, en su corazón sigue viva.
“Al principio la recordaba con mucho dolor, la forma en la que ella se fue... Ahora la recuerdo con melancolía, siempre está presente en mi corazón y será parte de mi vida”.
“En los cumpleaños siempre le hago un posteo con una dedicatoria para ella. Su cumpleaños era los 16 de marzo”, expresó el sobreviviente.
Años difíciles
Este accidente ocurrió el la noche del miércoles 26 de octubre del 2016, frente al edificio de Derecho de la UCR, en San Pedro de Montes de Oca.
Este viernes por la mañana, Arturo y sus parientes así como la familia de Saray llegaron al Tribunal de Goicoechea, esperanzados de que empezara el juicio por esta fatalidad, sin embargo se toparon con la sorpresa de que el abogado del imputado se incapacitó 11 horas antes del inicio del debate y esta situación suspendió el arranque del juicio.
LEA MÁS: Abogado se incapacita 11 horas antes de juicio por mortal accidente en la UCR
El joven asegura que sintió frustración al ver que siguen esperando cerrar este doloroso capítulo de sus vidas.
“Tuve un sentimiento de frustración porque uno desea ir cerrando este ciclo. Ya son muchos años esperando ver alguna justicia cumplida por todo lo que pasó, tanto lo que me pasó a mí como a mi amiga Saray, y es como una impotencia”, señaló Arturo.
Recordó que los primeros años fueron muy difíciles sin Saray.
“Al principio fue muy difícil, los primeros años tanto por la falta de ella (Saray), así como por todos los retos que me tuve que poner para lograr volver a una normalidad, recuperarme de las lesiones, tuve dificultad motora (problemas al caminar)”, contó.
Él estudió primero enfermería y luego comenzó Medicina en la UCR, no obstante el accidente y la pandemia le atrasaron la carrera.
“Siempre trato de sacar todo lo positivo de lo que pasa. El accidente me dio muchas herramientas para lograr entender a las personas hospitalizadas, el accidente fue un aprendizaje para mí como futuro profesional, para lograr tener más empatía con los pacientes”, señaló.
El joven espera que en febrero del 2023 no haya otro atraso y tener justicia por Saray.