Karina Alvarado Morales asegura que recuerda prácticamente todo lo vivido el día que explotó un cilindro de gas de óxido nitroso que puso en peligro su vida, la de sus compañeros y de los clientes de la Pops.
“Recuerdo cuando llegué al trabajo hasta el momento en que pasó el accidente, recuerdo cada instante...estuve inconsciente pero calculo que (sic) lo mucho entre tres y cinco minutos. Cuando reaccioné, seguí viendo cómo hacía para salir de ahí hasta que pude lograrlo por mis propios medios”, expresa.
Debido al fuerte impacto que recibió, la ropa de Karina quedó destruida así que ella se cubrió con delantales y fue ella misma quien pidió auxilio para que ayudaran a Keylin Barquero, su otra compañera que resultó gravemente herida en la explosión.
Pese a todo el terror que vivió, afirma que sí volvería a trabajar en la heladería Pops.
“Fue difícil, aterrador, (al momento de la explosión); me visualizaba como un cadáver totalmente quemado. (Pensé) que así me iban a encontrar y pensaba en mi bebé, y me decía: ‘no, tengo que levantarme, salir de aquí por mi bebé', por más que me dolieran las quemaduras. En ese momento sí se siente el dolor, pero uno no se pone a decir: ‘mirá tengo las piernas quemadas’, lo único en lo que pensaba era en salir de ahí”.
“Me encanta mi trabajo, la atención al cliente, brindarles un buen servicio... Es mi primer trabajo formal, y sí, seguiría trabajando con ellos. Somos una familia y cuando me recupere, si me aceptan para seguir trabajando, lo haría encantaba”, señala la valiente joven, quien es mamá de un niño de casi dos años.
Eso sí, asegura que ver un cilindro la deja en shock porque le revive ese miedo que sintió durante la explosión.
“Si veo un cilindro de esos me quedo como en shock, me alegré mucho de que los quitaran (de las demás heladerías), porque no me gustaría que llegara a pasar otra desgracia igual. ¡No, no! Sería muy lamentable (que ocurriera)”, expresó la muchacha.
Karina sigue internada en el hospital del Trauma del Instituto Nacional de Seguros (INS), pero desea volver a abrazar a su hijo quien este 19 de agosto cumplirá dos años.
“Mi mejor día fue cuando mi hijo nació, el segundo mejor día será cuando lo vuelva a abrazar”, expresa con ilusión.
Ella pasa pensando en su amiga Keylin Barquero, quien también está internada en ese centro médico en otra área, y aunque no se pueden ver, Karina la tiene en sus oraciones.
Karina le pide a todas las personas que apliquen el pedir perdón y perdonar, no esperar que pase una situación difícil para acudir a ese sentimiento. Esto lo dice porque el día de la explosión salió disgustada con su mamá y se fue incómoda para el trabajo porque no recibió la bendición de ella, algo que solía hacer todos los días.
“Pidamos perdón, aunque sea difícil porque a veces nos gana el orgullo, sea como sea la mamá es la mamá”.
“Cuando vi a mi mamá me derrumbé, la abracé y le pedí perdón”, exclamó la joven de 23 años.
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Las causas de la explosión aún no han sido determinadas. Este hecho ocurrió el sábado 16 de julio en La Ceiba de San Isidro de Alajuela.