Karina Alvarado, de 23 años, no pierde la sonrisa ni su espíritu de lucha, pues todos los días da la batalla para salir adelante luego de la explosión en la Pops, en La Ceiba de San Isidro, en Alajuela.
Ella es mamá de un bebé que pronto cumplirá 2 años y asegura que, además de él, Dios y la Virgen de Los Ángeles fueron su fortaleza para salir de los escombros.
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“Siento que aparte de Dios y mi hijo, mi otra fortaleza fue la Virgen de Los Ángeles. Creo que la Virgen de Los Ángeles me salvó.
“Tengo una cadenita que mi mamá me regaló, no salgo de mi casa sin ella, siempre la andaba. En mi trabajo no podía andar ningún tipo de bisutería, entonces la guardé en el bolso, siempre he sido muy devota a la Virgen de Los Ángeles y siento que me pude poner de pie y salir porque ella fue madre, sabía que podía hacerlo, tenía las fuerzas necesarias para poder salir de ahí”, expresó la valiente joven.
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Karina está internada en el Hospital del Trauma del INS, en La Uruca, donde recibe curaciones por las quemaduras que sufrió durante la explosión.
Asegura que agosto es un mes muy especial para ella, primero por la fiesta de la Virgen de Los Ángeles el 2 de agosto, además porque su hijo, mamá y papá cumplen años. Además su hermana mayor cumplirá este miércoles. A todos les quisiera haber festejado, pero sabe que debe recuperarse para celebrar juntos la vida.
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Ella sufrió quemaduras en las piernas y, aunque las curaciones son dolorosas, confía en que pronto estará en su hogar. Desea con todas sus fuerzas poder abrazar de nuevo a su bebé.
Lucha contra pesadillas
Cada vez que Karina cierra sus ojos y trata de descansar, su mente le juega una mala pasada al revivir el terror de la explosión.
La joven madre sufre el tormento de no poder descansar.
Señala que comienza a rezar o escuchar música relajante, pero sus pensamientos a veces son tan fuertes que regresan.
“La sensación de recordar todo me juega una mala jugada, he soñado con el día de la explosión, también con accidentes, de hecho he soñado con que me estoy quemando, me despierto asustada, empiezo a sudar, pero trato de controlarme y saber que estoy bien, que gracias a Dios estoy bien”, describe.
Incluso, un día hasta soñó que era su bebé quien sufría por las quemaduras, en esa ocasión tuvo que llamar a su mamá hasta confirmar que él estaba fuera de peligro.
“Tengo muchos planes con él (con su hijo), lo quiero ver crecer y en mi vida quiero crecer como mujer, como madre y me gustaría sacar la carrera de Derecho, se me ha complicado por los costos que se requieren económicamente”, señala.
Karina asegura que también piensa en su amiga y compañera Keylin Barquero, ellas fueron las que resultaron más graves por la explosión de un cilindro de óxido nitroso usado para hacer crema chantillí.
Quiere ser un orgullo de mamá
Las curaciones han sido dolorosas, incluso le han tenido que poner anestesia en todo el cuerpo al hacerlas.
Apenas su piel esté sana desea volver a disfrutar con la familia, tener tiempo para ella y convertirse en abogada, quiere esforzarse por cumplir su sueño al lado de ‘su motorcito’, como llama a su hijo Matthew Sandí Alvarado.
“Quiero que mi hijo me vea triunfar, que diga: ‘Mi mamá es valiente, es mi mamá’, agradezco al papá que tiene, que está ahí para él, así como mi familia”, dijo.
También le agradeció a todas las personas que han estado pendiente de su salud y al cuerpo médico que la han chineado en el Hospital del Trauma.
La tragedia ocurrió el sábado 16 de julio anterior en La Ceiba de San Isidro de Alajuela.