Sucesos

Sobreviviente de cabeza de agua en Desampa: “Pensamos que no íbamos a poder salir”

Don Francisco Calderón se tuvo que refugiar en un segundo piso, el agua le arrebató todo.

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Don Francisco Calderón pensó que no iban a sobrevivir. Foto: Silvia Coto

Don Francisco Calderón es uno de los sobrevivientes de la cabeza de agua que destruyó varias viviendas en Desamparados y Aserrí.

Este hombre vive desde hace 41 años en calle Areneros en San Rafael Abajo de Desamparados, a unos 50 metros del río Cañas.

Para Calderón la limpieza de su casa parece una tarea de nunca acabar, y eso que desde el viernes que bajó la cabeza del agua y lo afectó a él y sus vecinos no han parado de sacar agua y barro.

Sus allegados, sus hijas y los compañeros de una de sus hijas que trabaja en el Banco de Sangre se pusieron la camiseta de la solidaridad y les han ayudado mucho.

Esta es la segunda vez en 15 años que don Francisco pasa por está situación, sin embargo, asegura que esta vez no tiene comparación.

“Estaba lloviendo y nosotros jamás pensamos que algo así iba a pasar, pero la cabeza de agua venía desde arriba y sin piedad se llevó todo, cuando yo vi que el agua empezó a inundar la calle donde vivimos toqué una alarma que tenemos aquí en la comunidad para que todos supieran que se nos venía una emergencia y se pudieran poner a salvo”, narró Calderón.

Este señor asegura que el agua subió casi dos metros, por lo que ellos se subieron a un segundo piso que tienen, y ahí se refugiaron hasta que el agua y la ayuda llegó.

En calle Areneros la limpieza parece eterna. Foto: Silvia Coto (Silvia Coto)

“Pensamos que no íbamos a poder salir, mi hija me decía ‘no vamos a salir’, esto era como estar en medio del mar, el agua con una fuerza y poder de destrucción, no era que estaba lloviendo tanto, era que venía el agua como se ve en las películas”, recordó el papá.

Don “Fran” como le dicen de cariño en el barrio, nos contó que todo lo que tenían se lo dejó el agua, porque sus pertenencias quedaron inservibles.

“Tenemos lo que andamos puesto, que nos lo trajo gente de buen corazón. Nos estamos quedando en la casa de una tía de mis hijas que nos está dando su ayuda, aquí ya no se puede estar porque sería dormir con un ojo abierto, no tener paz ni calma, porque puede llover en cualquier momento y en las montañas sabemos que todavía hay mucho material que no ha bajado”, dijo el afectado.

En la casita de la familia Calderón todo se perdió. Foto: Silvia Coto.

A don Francisco le duele mucho tener que dejar su casita, pero les han dicho que están en peligro, sin embargo, también están a la espera de lo que la Comisión Nacional de Emergencias (CNE) les diga en estos días.

Calderón asegura que muchas personas se han acercado a darles una mano amiga, pero todavía en esta comunidad el trabajo es muchísimo.

Silvia Coto

Silvia Coto

Periodista de sucesos y judiciales. Bachiller en Ciencias de la Comunicación Colectiva con énfasis en Periodismo. Labora en Grupo Nación desde el 2010.

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