Esteban Solís sobrevivió a un balazo en la cabeza que le dieron el 4 de abril del 2014. Superó los peores pronósticos médicos y asegura que si sigue en este mundo, como la oficial baleada Kimberly Suárez, es porque ambos tienen una misión.
“Sin duda ella es un milagro, igual que yo. Me sentí muy feliz cuando supe que salió del hospital, aunque no la conozco, uno sabe lo que es estar en su lugar”, dijo.
Esteban, quien es un manudo apasionado, asegura que si bien la angustia mayor para la familia de Kimberly ya pasó, ahora viene la recuperación, que también es muy dura y se lleva bastante tiempo.
“Dios tiene algo grande para nosotros, por eso seguimos aquí. Le digo que le siga echando ganas, que poquito a poquito todo va a estar bien”.
Kimberly, de 23 años, salió el viernes 12 de febrero del Hospital del Trauma del INS luego de estar internada un mes. El 9 de enero había sido baleada en la cabeza mientras atendía, con varios compañeros, un incidente de violencia doméstica en San Joaquín de Flores, Heredia.
El sospechoso de atacarla es un hombre de apellido Ruiz, y 28 años, que descuenta prisión preventiva. En enero le metieron seis meses.
Por su parte, Esteban nos contó que él está muy bien y cuidándose mucho por la pandemia.
Aunque los médicos le aseguraban que si vivía iba quedar como un vegetal, él ya camina apoyándose un poco de las paredes. Sus avances en la recuperación dejan a quienes lo conocen con la boca abierta.
Lo que le ha dado más trabajo es recuperar el movimiento de la mano derecha, pero él adelanta que no se dará por vencido.
Sigue en las terapias, pero por fuera porque iba al Cenare pero, como sabemos, ese centro médico se convirtió en el CEACO para atender casos de coronavirus.
“No puedo caminar largas distancias, solo con la ayuda de la silla de ruedas”, contó el joven, a quien le encanta ver películas de terror.
Esteban asegura que mantener la fe y el apoyo de su familia es lo que más fuerza le ha dado en este tiempo.
”Yo quiero estar mejor aún, entonces tengo que esforzarme todo lo que pueda. También aprovecho el tiempo para hacer ejercicios que me ayuden en mi mejoría“, dijo.
Este valiente se ha dado a la tarea ir siempre hacia adelante y no permitir que los obstáculos sean más fuertes que su motivación.
Esteban fue atacado el 4 de abril del 2014, cuando regresaba a su casa en Paso Ancho con varios amigos después de ver un partido de la Liga.
Cuando iban por el hospital de las Mujeres, La Carit, fueron atacados a balazos por varios delincuentes que iban en dos carros.
Una de las balas le dio a Esteban en la cabeza, por lo cual lo llevaron de emergencia al hospital San Juan de Dios. Desde aquel momento --dice-- no hace otra cosa que luchar día a día para seguir adelante.