El primer simulacro nacional de terremoto de este lunes a las 10 a.m. obligó a miles de personas a dejar lo que estaban haciendo para buscar un lugar seguro.
Lo que pasa es que para muchísimas más fue como ver llover y no se dieron por enteradas.
Sin embargo, para la Comisión Nacional de Emergencias (CNE) fue un éxito porque participaron 1.174.000 personas, entre ellas 18.000 con discapacidad y 455.561 niños y niñas. Hasta en la lejana isla del Coco de apuntaron los guardaparques.
Es mucha gente, pero recorridos hechos por distintos lugares de San José, Alajuela y Cartago, La Teja se topó también con la otra cara del simulacro: muchas personas que no se unieron por falta de interés, porque no podían debido al trabajo o porque ni sabían qué pasaba.
Le consultamos a la CNE por la falta de interés y fueron enfáticos en que para ser el primer simulacro nacional, contar con más de un millón de personas superó en mucho lo que esperaban.
“Fue un simulacro inclusivo, participaron personas discapacitadas y animales. Se motivó la participación, pero también se respetó la decisión de las instituciones que no pudieron por algún motivo participar”, dijo la CNE.
En el centro de San José muchos edificios fueron evacuados, sobre todo instituciones públicas (con excepción de la CCSS, que no participó por el retraso que le dejó la huelga).
Entre las 10 y las 10:02 de la mañana se activaron alarmas y algunas iglesias hicieron repicar sus campanas para comunicar que estaba en marcha el simulacro. Así fue también en Cartago y en Heredia, según pudimos comprobar.
Los estudiantes fueron quizás los más ordenados al evacuar y así se reportó en todo el país. Niños y jóvenes salieron rápido y se colocaron junto a los educadores en los sitios seguros ya indicados.
En el caso del centro de Chepe, el parque Central se hizo grande para recibir a la gente que participó.
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Minutos antes todo transcurría con normalidad. Los vendedores ofrecían sus productos, los borrachitos se iban despertando, un predicador iniciaba su sermón llamando al arrepentimiento y se desgalillaban quienes vendían líneas telefónicas.
Muy poca gente salió de los edificios cercanos al parque Central josefino y se acomodó frente a la iglesia, el resto del parque seguía pelado de gente pero repleto de palomas.
“Oiga, ¿qué está pasando?, ¿qué es esto?, ¿por qué están en huelga?, ¿ahora qué pasó”, se preguntaba doña María Martínez, una nicaragüense.
Otras personas como Carlos Castro, que andaba en un mandado, nos dijo que estaba pendiente del reloj para participar.
“La gente piensa que es eterna, que no va pasar un terremoto y que si pasa no va a ser grave, pero es mejor estar preparados. La gente de los bancos salió obstinada, como regañada, ya los viera a la hora de la hora.
"Es un deber como ciudadanos participar en estos simulacros, mis hijos andaban en la escuela y ellos también iban a participar y la doña en la casa también porque el barrio de nosotros está organizado”, dijo Castro.
Mucha gente que andaba cerca siguió su camino sin detenerse y quienes lo hicieron fue en plan vineo. Había quienes iban conversando y decían “mirá, el simulacro”.
“Mis amigos y yo siempre venimos a conversar aquí y pasamos el rato. La verdad no sabíamos que había un simulacro y seguimos en lo que estábamos, porque cuando a uno lo agarre el temblor no se va a acordar de nada. En ese momento lo que a uno le preocupa es salir vivo”, dijo Erasmo Bustillos, de Pavas.
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En el Mercado Central de San José no pasó nada de nada. La gente siguió en lo que estaba y no participaron ni los comerciantes ni la gente.
Detalles sobre el primer simulacro nacional de terremoto 2019.
Posted by La Teja on Monday, August 19, 2019
Día quedó fijo
En el edificio Raventós, en el centro de San José, los trabajadores del MEP sí salieron, igual que los del Banco de Costa Rica, el Nacional, el Central y el Popular. Hicieron lo mismo los de la Asamblea Legislativa, el Tribunal Supremo de Elecciones, el INS, y el ICE.
El presidente de la República Carlos Alvarado, estuvo en la plaza de la Democracia y este lunes firmó el decreto que fija el Día Nacional del Simulacro, que se celebrará (con un simulacro, claro) el segundo miércoles de agosto a partir del 2020.
Más de un millón de personas se habían inscrito en la aplicación Simulacro CR. Según explicó el presidente de la CNE, Alexánder Solís, con los simulacros se quiere identificar los lugares con más debilidades ante una emergencia.
En este simulacro también participaron personas discapacitadas. En Heredia, por ejemplo, los trabajadores del Consejo Nacional de Personas con Discapacidad (Conapdis) evacuaron el edificio.
Los empleador acompañaron a personas en silla de ruedas, sordos o no videntes. Incluso salieron antes del edificio pues confundieron el sonido de una licuadora con la alarma.
“El simulacro fue vital para entender qué hacer en estos casos, en el Conapdis fue rápido, pero no creo que hubiera sido igual de estar en otro lugar”, dijo María Vargas, mamá de Nelson Molina, quien anda en silla de rueda porque tiene espina bífida.