Los bomberos de Golfito recibieron una llamada sobre un animal que necesitaba ayuda y al atender la emergencia se quedaron fríos.
Se trataba de un pequeño serafín muy extraño de ver en la ciudad porque viven en los árboles y es nocturno.
Anton wan Zoelen, uno de los bomberos que participó en el rescate, se sorprendió.
“Estaba en la calle, pero la verdad nunca había visto un animal de esos. Era muy pequeño y se tapaba los ojos con las patas porque le molestaba la luz.
“Cuando lo agarramos hacía una especie de gruñido y trataba de defenderse con unas garras muy largas que tiene, pero como es pequeño no nos hizo daño”, relató el bombero.
El hecho inusual se dio ayer, a las 8 a. m., 150 metros al sur de la estación de Bomberos de Golfito.
Los rescatistas llevaron el animal a las oficinas del Minae de la zona y ahí les explicaron un poco más sobre el bichito.
“Nos dijeron que se llama serafín del platanar y que aunque es pequeño (mide aproximadamente una cuarta), ya es adulto, lo supimos por las garras tan largas que tiene”, detalló Anton.
Trabajadores del Minae revisaron al peludito y al ver que estaba en perfectas condiciones lo liberaron en una reserva.
“Nos dijeron que esa especie está en peligro de extinción y que es nocturna. Probablemente se perdió y lo agarró el día y eso lo dejó ciego, ya que ellos no deben estar en contacto con la luz, por eso hacen vida de noche”, aseguró el rescatista.
Después de la clase de biología que les dio el Minae, los bomberos volvieron a la estación satisfechos de haber salvado el pequeño serafín.
Un ángel bastante extraño
Según se detalla en la página web del Museo Nacional de Costa Rica, el solitario animalito ha servido de inspiración para algunos artistas nacionales, ya que el poeta tico Laureano Albán le escribió un poema en 1995.
Otra de las cosas curiosas sobre el bichito es que los indígenas de Talamanca consideraban el cuero del serafín útil para curar el reumatismo.
Además, entre algunos grupos es considerado un animal tabú por creerse que no habita en este mundo, sino en el cielo y cuando baja por las ramas de los árboles es para anunciar la muerte, lo que lo convierte en una especie de ángel para algunas culturas.