Keider Zeledón Cortés, de 9 años, y su padrastro, Diego Gipson Alvarado, de 36 años, se convirtieron en las últimas víctimas mortales que dejó la influencia indirecta de la tormenta tropical Sara sobre el país y sus cuerpos no serán sepultados juntos.
Así lo confirmó Maricela Cortés, tía materno del pequeñito, quien describió a su cuñado como un hombre que amaba a los niños y siempre les dedicaba tiempo.
El cuerpo de Keider lo encontraron la mañana de este lunes 18 de noviembre, mientras que el de Diego fue hallado este martes 19 de noviembre a las 6:45 a. m.
“No los vamos a sepultar juntos, la familia de Diego decidió que a él lo van a despedir en Sarapiquí, de donde ellos son vecinos.
“De Diego solo buenos recuerdos nos quedan, era un hombre bueno y es muy triste todo esto que como familia estamos enfrentando”, manifestó Maricela.
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La familia espera que les entreguen pronto el cuerpo del pequeño, quien soñaba con ser futbolista.
“Hoy (martes) llamé temprano a la morgue y me dijeron que el cuerpo aún no había llegado, me doy cuenta de que sigue en el OIJ, esperamos que pronto nos lo entreguen para despedirlo en Duacari con una vela y sepultarlo en el cementerio de El Humo de Roxana, porque aquí no hay cementerio”, expresó la tía.
El pequeño y su padrastro murieron luego de hacer compras en un comisariato dentro de una piñera en El Bosque de Guácimo, ellos regresaban a su casa en Duacari 5 y para cortar camino decidieron cruzar un río en el sector conocido como Los Cruzados, momento en el que desaparecieron. Al parecer, el caudal del río aumentó y los habría arrastrado.