Doña Brenda Hernández sobrevivió al violento paso del huracán Otto en 2016 y puede rajar que ha aprovechado la segunda oportunidad de vida que recibió.
La semana pasada, y después de mucho esfuerzo, se graduó de bachiller, pero ella no se detendrá ahí, en estos días espera matricularse en la universidad ya que quiere estudiar Derecho.
A sus 44 años, esta mamá y esposa no deja de ser un ejemplo para quienes la rodean. Después de la emergencia no se dio por vencida para que ella y los suyos pudieran levantarse tras perder todos sus bienes materiales.
Ella luchó para tener nuevamente una casita y hasta trabajó en la construcción de otras viviendas.
Además, en sus redes sociales y en WhatsApp, la pasa pulseando para vender sus deliciosas comidas, pues es conocida en Guayabo de Bagaces por su buen sazón, sus chicharrones, el cevichito de plátano y un montón de delicias más que ponen a babear a más de uno.
Doña Brenda nos contó que durante los últimos dos años le ha puesto muchísimo porque tenía como un anhelo terminar sus estudios y sacar el título.
“Hace tiempo debí haber estudiado, pero decidí que mis hijos estudiaran porque soy de las mamás gallinas, protectoras, entonces no iba a dejar a mis hijos al cuidado de alguien más, por eso postergue el estudio.
“Después de lo que pasó (el huracán), si Dios nos dio la oportunidad otra vez, era para aprovecharla. La gente nos decía: ‘Dios tiene un propósito por el que los dejó vivos’, y yo lo creo. Uno de esos es ese que yo terminara el colegio y si él lo permite sacar mi profesión, siempre he querido ser abogada aunque últimamente me había inclinado mucho por la Ingeniería Civil, pero aquí en Guanacaste no dan esa carrera y yo no hice examen de la UCR”, comentó.
Doña Brenda asegura que sus hijos y su esposo, Wilbert Barboza, son quienes más porras le echan siempre y más bien hasta la impulsan para que le ponga bonito.
Don Wilbert es maestro de obras y él logró terminar la escuela, siempre le dice que van a luchar para que ella pueda cumplir su sueño.
“A mí siempre me gustó estudiar, lo duro fue no poder estar en clases presenciales por la pandemia. Mi hija mayor quedó embarazada, entonces nos hemos tenido que cuidar mucho y estuve en clases a distancia. Mis hijos y los profesores me ayudaron mucho y yo le eché ganas, conseguí mi pasaporte a la universidad”, dijo la futura abuelita de una princesa.
El pasado 20 de enero, la felicidad para esta madre de tres (de 24, 19 y 16 años) fue doble, porque además de ella, también se graduó su hijo Mario Barboza Hernández como bachiller y técnico medio en turismo ecológico en el IPEC en Liberia, él quiere ser ingeniero agrónomo.
“La graduación me llenó de mucha emoción, para mí es lo mejor ver mi esfuerzo reflejado en mi título de bachillerato. Lloré de emoción y deseaba tanto abrazar a mis profesores, pero no podía. Mi profesor guía, Samuel Acuña, me dijo al entregarme el título: ‘Sí se pudo, doña Brenda, felicidades’”, contó esta carguísima mamá, a quien le han llovido las felicitaciones en las redes sociales.
Ahora está deseando poder matricularse en la U y, aunque sabe que va ser duro, no piensa darse por vencida. Le tocará viajar 50 kilómetros para ir a clases a Liberia, pero ella sabe que todo sacrificio tiene su recompensa.
Un milagro
La vida de esta mujer y su familia cambió el 24 de noviembre del 2016, cuando vivieron un verdadero milagro.
Doña Brenda estaba con don Wilberth en la casa y el agua se empezó a meter, ella le dijo a su esposo que se fueran en el carro con los hijos, pero él se negó porque pensó que pronto dejaría de llover.
A los diez minutos escucharon una explosión, pensaron que era una erupción del volcán, pero era una avalancha que bajaba de la montaña. Toda la familia salió de la casa para ponerse a salvo, pero el agua se los llevó.
Don Wilberth fue arrastrado hacia otro lado, mientras que la mamá y sus hijos lucharon contra el agua, barro, y los árboles, hasta que lograron subirse a un montículo de basura y luego fueron rescatados por un chapulín.
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Ella pensó que su esposo había muerto.
Cuando Hernández había llorado a su marido, se enteró de que estaba vivo, don Wilberth se aferró a un árbol hasta que el agua bajó y logró subirse en un bus en el que rescataron a varias personas. Al verse entendieron que fue un milagro por el que lloran siempre al recordarlo.
Otto dejó destrucción a su paso en Upala y Bagaces. En el primer cantón fallecieron Israel Zúñiga, de 11 años; María Isabel Picado, de 38; Vanessa Argüello, de 30; Bianca Pichardo, de año y ocho meses; Dylan Chévez, de ocho meses y Juana Guerrero Agüero, de 59 años. Mientras que en Bagaces murieron Orlando Obregón Jiménez, de 45 años; Marisa Alvarado Méndez, de 45; Dennis Alvarado Méndez, de 37, y Joseph Barboza Alvarado, de 24, estos cuatro son familia de doña Brenda.