La ilusión del primer viaje fuera del país terminó en una enorme decepción para la costarricense Gabriela Riascos Araya, de 24 años y quien no pudo pasar de Migración del aeropuerto de Cancún, en México, donde la retuvieron durante 19 horas.
Al cabo de ese tiempo la devolvieron para Costa Rica, sin las maletas que llevaba en la bodega y sin haber podido encontrarse con dos amigas, una costarricense y otra mexicana.
Gabriela es la segunda tica que en cuestión de un mes pasa por esa situación.
El primer caso, que fue muy sonado, se inició el viernes 3 de setiembre.
En el aeropuerto internacional de la Ciudad de México, Seidy López Vargas, de 40 años, fue detenida y estuvo incomunicada más de 24 horas. Ella había planeado el viaje para pasar su cumpleaños número 40 con una familia cristiana que conoció en redes sociales y que la invitó a visitarla.
Riascos vivió la misma pesadilla el viernes 17 de setiembre, pero en el aeropuerto de Cancún, en el estado de Quintana Roo, en el Caribe mexicano.
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La costarricense aún no sale de la decepción y asegura que se está asesorando para denunciar a las autoridades migratorias mexicanas para que ningún otro compatriota pase por lo mismo que ella.
La Teja le preguntó a Cancillería sobre esta situación reciente y respondieron que nuestra consulta se hallaba en trámite, pero al cierre de edición no habían respondido.
Adiós a los paseos
Gabriela Riascos había planeado visitar a sus amigas desde meses atrás y aprovechó que la semana anterior le depositaron una plata y compró el boleto, lo obtuvo el jueves 16 de setiembre, con salida para el día siguiente a las 5 p.m. y regresaría este lunes a las 11:30 p.m.
Sin embargo, la devolvieron para Costa Rica el sábado 18 a las 3:30 p.m. No hay rastro de que hubiera estado en México porque oficialmente nunca estuvo allá; es decir, al no haber pasado de Migración es como si nunca hubiera llegado.
“Mis amigas cumplían años, el plan era el sábado ir a playa del Carmen, íbamos a hacer un tour en catamarán y buceo; el domingo nos íbamos para Tulum (ruinas mayas) y el lunes regresaba a Costa Rica”, detalla.
“La idea era pasar con mis amigas, a una no la veía desde hace dos años, que era la mexicana, que había venido al país y a mi mejor amiga no la veía desde hacía como un año”, sostiene.
Afirma que llevaba $1000 (unos ¢618 mil) y asegura que las autoridades mexicanas le dijeron que les parecía muy raro que llevara mucha plata para solo tres días.
“Me dijeron que les parecía extraño que fuera a visitar a una tica, les expliqué que también iba a ver a una amiga mexicana, pero ellos nos escuchan razones, me decían que me iba a quedar en México o me pensaba pasar para Estados Unidos”.
En un momento dado la pasaron a un salón que describe como de piso sucio, paredes huequeadas y con colchonetas superdelgadas.
Afirma que le quitaron el celular y no tenía forma de avisarles a sus allegados dónde la mantenían. Dice que uno de los detenidos sí consiguió meter un teléfono y ella le insistió para que se lo prestara y avisar en las condiciones en las que estaba, incluso sin comer porque cuenta que le dieron alimento cuando llevaba ya 16 horas en el sitio.
“Mi hermana llamó e insistió en Migración de México, les dijo que sabía que me tenían retenida, que las condiciones eran pésimas, ella lo sabía porque logré comunicarme”, recordó.
Al país la devolvieron con una maleta de mano y le entregaron el celular hasta que se montó al avión que la traía de nuevo a Costa Rica; el pasaporte se lo entregó una aeromoza de la línea aérea cuando ya estaba en suelo tico.
Cuenta que este martes la llamaron para informarle que podía ir a recoger la maleta grande, la cual no sabía si venía completa.
“No quiero dar un paso en falso, sino orientada por un abogado y quiero que las familias que están pasando algo similar sepan qué hacer de una forma correcta”, concluyó.
Riascos es dueña de dos tiendas virtuales: una de venta de suplementos alimenticios y una de artículos sexuales. Las ventas solo las hace en suelo costarricense.