El sacerdote de apellidos Brenes Villalobos, sospechoso de abandonar a su sobrino en el desierto de Arizona, tendrá que pasar la Navidad y el fin de año lejos de sus familiares, ya que un juez le prohibió tener contacto con allegados de la víctima.
Además, el religioso debe presentarse a firmar a un despacho judicial cada mes y no podrá salir del país.
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Esas medidas fueron ordenadas el viernes en la noche en una nueva audiencia, en la que la Fiscalía dejó en claro el peligro al que expuso el cura al chiquito de seis años.
Las autoridades no detallaron por cuánto tiempo se mantendrán las restricciones.
“Se consideró la magnitud del daño causado ya que el desierto de Arizona es catalogado como la zona más peligrosa para los inmigrantes que intentan llegar a los Estados Unidos de manera irregular, por su terreno remoto, duro y un clima impredecible”, detalló la Policía de Migración por medio de un comunicado.
Estaba llorando
El caso del niño se dio a conocer el 19 de junio del 2018 cuando unos oficiales estadounidenses lo encontraron llorando y con muchísimo calor bajo el rudo sol del desierto de Arizona.
Al revisarlo, los oficiales dieron con un papel que tenía varios números de teléfono, entre ellos el de Brenes, por lo que se pusieron en contacto con la Policía de Migración tica para esclarecer cómo llegó el angelito ahí.
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Luego de meses de investigación, el miércoles 6 de noviembre los agentes de ese cuerpo policial le cayeron al cura y lo detuvieron como sospechoso de los delitos de tráfico ilícito de migrantes y abandono de incapaz.
La captura se dio frente a la casa cural de Sardinal de carrillo, en Guanacaste. Luego el hombre fue llevado vía aérea hasta San José para ser indagado y llevado a una audiencia de solicitud de medidas cautelares de la que salió bien librado, ya que no le pusieron ninguna.