Para restaurar la pureza de la iglesia católica de barrio La Emilia, en Guápiles, donde este viernes dos gatilleros asesinaron a un hombre, un sacerdote tendrá que realizar un ritual especial en el que le pedirá perdón a Dios por ese hecho de violencia ocurrido en un lugar santo.
El encargado de ese rito será el padre Juan Carlos Álvarez, párroco de la Parroquia del Sagrado Corazón de Guápiles, quien explicó que se trata de un acto de desagravio.
“El acto de desagravio es un rito que funciona para pedir un perdón ante Dios cuando se ha violentado un lugar sagrado. Inclusive hasta ahora yo lo estoy aprendiendo, porque no es algo muy habitual.
“Solo se hace cuando sucede algún acto de violencia como el del viernes, o si se roban el Santísimo o si las fórmulas consagradas quedan sobre el suelo, también cuando se da un robo, porque son situaciones muy graves que afectan un lugar muy santo para quienes somos católicos”, explicó Álvarez.
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“Es un pedir perdón al Señor por la situación, es volver a redimir a la comunidad para precisamente retomar ese lugar santo”.
— explicó el padre Juan Carlos Álvarez.
El sacerdote explicó que tras el homicidio, la iglesia fue cerrada y se retiró el Santísimo Sacramento del lugar, pues este no puede estar en ese templo hasta que no se realice el acto de desagravio.
El padre señaló que el acto de desagravio se realizará este domingo a las 3:45 de la tarde.
“Fue algo muy doloroso, sobre todo por lo que significa el Viernes Santo para nosotros”, añadió Álvarez.
Persecución y balazos
El homicidio que tiene consternada a toda esta comunidad limonense ocurrió a las 2:50 de la tarde de este Viernes Santo, cuando un hombre identificado como Luis Andrey García Mayorga, de 25 años y conocido como Bad Bunny, ingresó a la iglesia para tratar de escapar de dos gatilleros que lo perseguían.
El OIJ informó que la situación inició minutos antes, cuando García se encontraba con unos amigos en la plaza de deportes, ubicada frente al templo, y se dio cuenta de que los dos hombres en moto lo estaban siguiendo.
“El que iba como acompañante en la moto sacó un arma para dispararle a la víctima, por lo que este cruzó la plaza en una bicicleta y como vio que lo venían siguiendo en la moto tiró la bicicleta y siguió corriendo hasta ingresar a la iglesia.
“El sujeto que le iba disparando entró a la iglesia y le disparó en al menos nueve ocasiones, causándole la muerte. En la iglesia se recolectaron entre nueve y diez casquillos”, detalló la Policía Judicial.
Luego de cumplir su cometido los gatilleros trataron de darse a la fuga, pero la moto les falló, por lo que la dejaron tirada y cruzaron la plaza para tratar de llevarse un carro, pero al no lograrlo salieron corriendo de nuevo y en ese momento fueron detenidos por varios vecinos y oficiales de la Fuerza Pública.
El OIJ aseguró que los detenidos, quienes andaban chalecos antibalas, son un menor de 17 años y un hombre apellidado Dinarte, de 29 años, ambos vecinos de Guácimo.
En cuanto al móvil del homicidio las autoridades presumen que tendría que ver con una riña relacionada con venta de drogas en esa zona.
Ilesos de milagro
Monseñor Javier Román, obispo de Limón, dijo que la iglesia se encontraba abierta para la celebración de la liturgia de la Pasión del Señor, como corresponde un Viernes Santo, por lo que había varias personas adentro del templo.
“En su interior estaban diez personas más la religiosa que estos días ha estado animando las celebraciones. Todos ellos salieron ilesos”, añadió.
Por su parte, el padre Juan Carlos dijo que este mismo viernes fueron a visitar a cada una de las personas que se encontraban en el templo al momento del homicidio, pues quería darles acompañamiento espiritual y sicológico ante lo sucedido.
“Elevamos una oración a Dios para que devuelva la paz a nuestra provincia de Limón, rechazamos con vehemencia todos los actos de violencia y con mucha más razón cuando suceden, como en este caso, en el interior de un templo, en presencia del Santísimo Sacramento poniendo en riesgo la vida de personas inocentes y en un día tan sagrado para nuestra fe”, dijo monseñor Javier Román.
Ese sentimiento de tristeza y dolor también es compartido por vecinos de la comunidad como Marjorie Brenes, quien dijo estar muy preocupada por la falta de valores y el irrespeto de los delincuentes, a quienes no les importó matar a otra persona dentro de la iglesia en un día sagrado.
“Es muy peligroso hablar de lo que ocurrió, pues desgraciadamente los jóvenes están consumidos en la droga y en otras cosas que no son de Dios”, dijo Vilma Arauz, vecina de Guápiles.