Cuando se casaron, Rodolfo Vicente Salazar y Eugenia Hernández Noguera recibieron un regalo muy especial, uno viviente, de cuatro patas y andar lento que puede llegar a vivir 150 años.
Acertó, se trata de una tortuga a la cual la pareja adora, lo malo es que se las robaron de la casa, en Montes de Oca, y desean recuperarla lo antes posible.
El animalito, que se llama “Guguza”, es prácticamente la “hija mayor” de los esposos, a quienes ha acompañado en los últimos 41 años.
“Es muy especial por el tiempo tan grande que ha estado con nosotros y porque es una tortuga diferente, los años se le cuentan en la concha, en las rayas que tiene en cada cuadrante.
LEA MÁS: Lectores de La Teja abrazaron a Carlitos, el joven que perdió la mitad del cerebro en un accidente
“Me acuerdo cuando nos la dieron, eran dos, pero una se perdió como al mes. Eran tan pequeñitas que ambas cabían en una sola mano de mi esposa, ahora jamás porque viera lo que pesa”, contó don Rodolfo.
El señor Vicente nos dijo que “Guguza” desapareció entre la noche del lunes 21 y la madrugada del martes 22; estaba en el patio de la casa, en la urbanización Buenos Aires, en Mercedes de Montes de Oca.
“Alguien pasó, se metió a la propiedad y se la llevó en la noche, porque yo la vi (el lunes) a las diez de la noche. Se la tuvieron que haber robado porque ella no pasaba por debajo o en medio de las rejas debido su tamaño”, detalló el señor.
Don Rodolfo añadió que desde el propio martes 22 ha estado haciendo publicaciones en Facebook y en grupos de WhatsApp para tratar de encontrar a su amada “Guguza”, pero hasta el momento todo ha sido en vano.
“Mi hijo menor fue (este miércoles) a pegar volantes en un supermercado cercano y en cuatro veterinarias, por si acaso alguien la llevara a alguna de estas”.
— Si usted tiene información sobre Guguza o sabe quién podría tenerla contacte a don Rodolfo a los teléfonos 8399-1427 y 8392-5355
Más que una mascota
Para don Rodolfo y doña Eugenia la tortuga es mucho más que una mascota. Se podría decir que fue su primera hija porque “Guguza” es mayor que sus tres retoños ya que el mayor tiene 38 años.
“Fue un regalo de una amiga de mi esposa que estaba estudiando en Estados Unidos y cuando vino de regreso le trajo las tortuguitas como regalo de bodas”, recordó Vicente.
LEA MÁS: Joven que perdió la mitad de su cerebro en accidente necesita un abrazo solidario
Y a todo esto, ¿por qué se llama “Guguza”?
Cuenta don Rodolfo que la tortuguita fue bautizada así por su esposa doña Eugenia, a quien cuando era una niña varias personas le decían “Gugu” de cariño.
“Lo curioso es que unos veinte años después nos dimos cuenta de que más bien era Guguzo, pues resultó ser macho, pero al final decidimos que se quedara Guguza”, añadió el señor.
La tortuga siempre ha sido muy chineada por sus sueños, quienes a diario le daban carne, pescado, frutas y alimento para cachorros porque le hace bueno para el caparazón.
“Ha crecido mucho, ahora tiene un tamaño como de una cuarta y media y pesa bastante”, dijo Vicente.
— “Siempre ha sido un espectáculo porque vieras que todos los chiquillos del barrio llegaban con los papás a ver a Guguza, entonces ahí nos conocen como la casa de la tortuga”, dijo Rodolfo Vicente.
No es la primera vez
Lamentablemente esta no es la primera vez que “Guguza” es sacada de su hogar a la fuerza. Hace cinco años también se la robaron del patio de la casa.
“Tuvimos mucha suerte porque se la robó un muchacho que tenía problemas de drogadicción y andaba por este barrio, de pura casualidad fue a venderla a la casa de mi papá, que vive cerca de nuestra casa.
“Ellos se la recibieron y se la compraron, luego me llamaron para decirme que ahí tenían mi tortuga. Pero esta vez no fue ese muchacho porque hace cuatro días él falleció”, contó don Rodolfo.
LEA MÁS: Valiente mamá se metió a casa en llamas para salvar a su hijo
El señor nos dijo que sus tres hijos --Rodolfo, de 38 años; Ximena, de 35 y Ernesto, de 28-- también están muy dolidos por la desaparación de “Guguza”. Claro, no es para menos porque han crecido cerca de ella.
“Mis hijos están tristísimos de no ver a la Guguza ahí, imagínese que los tres la llevaron al kinder y a la escuela y ahora a los nietos también les tocó llevarla”, nos dijo el dueño.
Por el mismo mal rato pasan los nietos mayores de don Rodolfo --Valentino, de 12 años, y Milo, de 6--; los dos están muy preocupados pensando si la tortuguita se encontrara bien cuidada.
La familia está ofreciendo una generosa recompensa para la persona que les ayude a encontrar a su querida “Guguza”. Saben que aún puede pasar con ellos al menos otros 109 años más.