Manuel Calvo Picado sobrevivió este miércoles por segunda vez al impacto de un rayo. La primera vez fue en setiembre del 2015 y sufrió lesiones serias.

Calvo, de 66 años, forma parte de los cinco trabajadores de la Cooperativa Autogestionaria de Servicios Aeroindustriales (Coopesa), que resultaron heridos luego de que un rayo cayó sobre una avioneta en el aeropuerto Juan Santamaría.

Los otros afectados fueron identificados por las autoridades como Fabio Chavarría, Cristian Zárate, Arnold Bogantes y Óscar Víquez (este último llevó la peor parte).

La caída del rayo ocurrió a eso de las 11:50 de la mañana cerca del hangar de Coopesa. A esa hora se activó una alerta en el aeropuerto debido a una tormenta eléctrica y se ordenó suspender las labores.

Los cinco hombres hacían labores de mantenimiento en una aeronave que estaba en la pista y cuando estaban a punto de retirarse fueron alcanzado por la descarga del rayo.

Los primeros en atender la emergencia fueron los encargados de la brigada de socorro de Coopesa.

El cruzrojista Óscar Conejo explicó que Calvo, Chavarría, Zárate y Bogantes presentaban lesiones leves en los brazos y en las piernas. Víquez tenía heridas más graves en el brazo derecho y en la cabeza.

Los heridos fueron llevados por la Cruz Roja de emergencia al hospital San Rafael de Alajuela.

Copia al carbón

Este incidente es prácticamente una copia de la primera descarga a la que sobrevivió Calvo. Aquella ocurrió el 30 de setiembre del 2015 en el mismo aeropuerto.

En aquella ocasión trabajaba en el fuselaje de un avión junto a su compañero Guido Villalta Acuña cuando ambos fueron alcanzados por un rayó que pegó a la aeronave.

Por ese hecho también resultó herido José Torres, quien tuvo solo lesiones leves pues no estaba tan cerca de la nave.

La Cruz Roja reportó en aquel momento que Calvo estaba herido de gravedad, pero se recuperó y regresó al trabajo sin problemas.

La caída de rayos se ha vuelto un tema constante en el aeropuerto, motivo por el cual activan el procedimiento de emergencia para que ninguna persona se quede en la pista si hay tormenta eléctrica.