El 4 de abril de 2014 se dio a conocer la historia de Esteban Solís, un joven liguista de entonces 22 años que recibió un balazo en la cabeza cuando regresaba a la casa luego de ir a ver un partido del equipo de sus amores.
En aquel momento el panorama no era nada alentador. Los médicos decían que él tenía solo un 20% de probabilidades de sobrevivir y si lo hacía quedaría como un vegetal.
Pero, ¿qué pasó con Esteban?
El joven tiene ahora 25 años y es un milagro porque pese a los terribles pronósticos de los médicos sobrevivió y cada día avanza en su recuperación.
Ya hablar un poco, come solo y hasta camina con la ayuda de una andadera.
Las terapias que ha llevado en el Cenare han hecho que evolucione muchísimo.
“Lo que más me ha costado es recuperar el movimiento en la mano derecha, pero ahí voy, poco a poco. Ahorita estoy, por decirlo así, en vacaciones del Cenare pero en febrero regreso a terapia y eso me ilusiona porque me ayuda a progresar”, expresó.
Solís dice que sus papás, Wálter Solís y Roxana Herrera, han sido fundamentales en la recuperación ya que han estado apoyándolo en todo momento.
“Mi papás son mi motor, cada día me esfuerzo por ellos porque sé lo mucho que significo para ellos. Yo quiero salir adelante y demostrarles que todo lo que hicieron valió la pena”, asegura.
Esteban aún no ha terminado el cole, pero dice que apenas pueda va a ponerse las pilas con eso.
“Con todo lo que he pasado después del balazo decidí que quiero ser terapeuta porque quiero ayudar a otras personas así como me han ayudado a mí. Ahora veo la vida diferente y quiero servir a los demás en lo que pueda”, afirma.
Terrible noche
El día que Solís recibió el balazo iba caminado hacia su casa, en Paso Ancho, en compañía de varios amigos.
Cuando iban pasando por el hospital de las Mujeres, La Carit, fueron atacados a balazos por varios tipos que iban en dos carros.
Una de las balas le dio a Esteban en la cabeza, por lo cual lo llevaron de emergencia al hospital San Juan de Dios.
A pesar de todo sigue siendo un liguista apasionado e, incluso, ha visitado el Morera Soto después del suceso.
Esteban dice que se siente fuerte y motivado para continuar luchandoy dejar atrás el trago amargo que por poco le cuesta la vida.