“El amor todo lo puede”, es una frase que se escucha mucho en las películas, pero para Jimmy Zamora Avilés va mucho más allá de eso, ya que él es el vivo ejemplo de que ese noble sentimiento es capaz de ayudar a superar cualquier tristeza, como la provocada por un trágico suceso.
Zamora, de 24 años, perdió su pie izquierdo casi por completo en un accidente de tránsito que ocurrió el 20 de febrero de 2015, cuando iba en motociclista hacia su casa en Filadelfia de Guanacaste.
“Ese día yo venía del trabajo, a eso de las once y cuarenta y cinco de la noche fue que tuve la desdicha de toparme de frente con otro motociclista que venía en mi carril. Por el choque perdí el dedo gordo y parte del pie izquierdo”, recordó.
El joven fue llevado de inmediato al hospital de Liberia, en donde los médicos hicieron todo lo posible por salvar lo que quedaba de su pie. En el choque Zamora también sufrió lesiones en el pulmón izquierdo y un fuerte golpe en la cabeza.
Luego los médicos lo enviaron al Hospital del Trauma del INS, en la Uruca, allí le dieron una terrible noticia que hizo que el mundo se le viniera encima.
“Me dijeron que me tenían que amputar el pie izquierdo por completo, porque ya los dedos los había perdido, pero además tenía una bacteria muy peligrosa. Yo no quería que me lo amputaran entonces les pedí que me lo cortaran pero que me dejaran el talón, por dicha así fue”, contó.
Le llegó el amor
El joven contó que la recuperación fue muy difícil ya que en los primeros meses tuvo que andar en silla de ruedas, además lo operaron en al menos siete ocasiones y como el dolor era tan fuerte tenían que inyectarlo para dormirlo de la cintura para abajo.
En ese momento, Zamora pensó que nada bueno le podría suceder, pero la vida le dijo lo contrario cuando finalmente le puso en el camino al amor de su vida, Melissa Viales, con quien se casó el pasado 23 de diciembre de 2018.
“Siete meses después del accidente conocí a la que ahora es mi esposa, ella me ayudó mucho en al recuperación porque yo estaba muy deprimido y con su ayuda empecé a vender ropa para ganarme la vida, funcionó por un momento, pero luego todo se vino a la baja”, recordó.
Negocito propio
Aunque la venta de ropa no les salió tan rentable como esperaban, los enamorados no bajaron los brazos y más bien se pusieron a buscar una nueva forma de ganarse la platita para salir adelante.
“Empezamos a pulir focos y a lavar tapicería a domicilio, lo hacíamos juntos. Ya después de eso fue que iniciamos con lo que ahora es nuestro negocito. Luché para hacernos de un local porque ya teníamos bastantes clientes y ellos nos apoyaban mucho”, dijo.
A punta de esfuerzo, la parea logró abrir las puertas de lavado de carros “Autodetails J&M”, ubicado Filadelfia, Guanacaste. Ya tienen dos años trabajando en eso y hasta han contratado a tres empleados para que les ayuden.
Jimmy contó que ya cuentan con un montón de maquinas, por lo que ofrecen servicios como limpieza a vapor, lavado general, limpieza de motor a vapor, pulido de focos y carrocería, tratamiento cerámico y hasta “sacahoyos” (sacado de abolladuras sin pintar).
“Nunca me pasó por la mente que iba a tener todo lo que tengo ahora, tal vez no sea mucho, pero para nosotros es un montón”, comentó.
Zamora dice que todavía tiene un sueño más y es tener un localito propio, pues por ahora están alquilando uno.
“Lo que puedo decirle a esas personas que están pasando por algo como lo que me pasó a mí, es que nunca es tarde para hacer lo que uno quiere, siempre hay que tener metas claras, hay que seguir luchando por lo que se quiere, porque el que no tiene lo que quiere es porque realmente no lo que quiere”, finalizó.