Las privadas de libertad del Centro de Atención Institucional (CAI) Vilma Curling Rivera (el Buen Pastor) volvieron a ver a sus seres queridos luego de cinco meses sin poder recibirlos en la cárcel.
Esta cercanía fue gracias a la donación de cuatro tabletas electrónicas para que la población carcelaria pueda hacer videollamadas.
Las reas no habían vuelto a ver el rostro de sus familias debido a las restricciones por la pandemia del covid-19, por lo que el Ministerio de Justicia y Paz preparó un protocolo piloto para el manejo de este tipo de comunicación en centros penitenciarios.
Las primeras afortunadas vivieron esta experiencia el Día de la Madre; Kathia Góngora, directora del centro penal, dijo que este proyecto es muy importante.
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“Se han tomado todas las medidas de seguridad que ha habido con esto, unas seiscientas mujeres van a poder hablar una vez cada veintidos días con sus familiares. Nos llena de satisfacción porque vemos cumplimos los derechos humanos, el único derecho que se les limita es al tránsito”, dijo Góngora.
La donación de los aparatos electrónicos la hizo la empresa Costa Rica Fashion Week, que desde hace tiempo trabaja de manera conjunta con el Ministerio de Justicia y Paz en proyectos de habilidades textiles y manuales para generar oportunidades laborales entre las privadas de libertad.