Karla Salazar Araya será recordada por sus seres queridos como una mujer empunchada y muy entregada a sus cinco hijos, ya que ellos eran el moto de su vida.
Lo último que hizo en su vida esta mujer, de 32 años, fue tratar de salvar a sus dos hijas menores de un incendio que consumió su casa, pero los esfuerzos de esta valiente mamá no fueron suficientes y perdió su vida junto a las pequeñas, en la urbanización Mirasol, a 100 metros de la entrada principal, en barrio San José de Alajuela.
Los bomberos recibieron el reporte de la emergencia este jueves alrededor de la 6:45 de la mañana.
Ana Mejías, prima de Karla, dice que ella se enteró del suceso porque varios conocidos la llamaron al celular.
Trampa mortal
FUENTE: CONSULTA BOMBEROS. || J.C. / LA TEJA.
“Mi teléfono empezó a sonar porque la gente me llamaba para decirme que había un incendio por donde vivía mi prima, yo me preocupé mucho porque la empecé a llamar y no me contestaba.
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“Escuchaba las sirenas de los camiones de bomberos y de las ambulancias y luego una conocida me llamó y me dijo: ‘Ana yo no quería decirle, pero el incendio sí fue en la casa de su prima y ella y dos de sus hijas murieron’. Yo sentí que el mundo se me vino encima, de inmediato me fui para su casa, pero no nos dejaron entrar”, contó entre lágrimas.
La allegada dice que en medio del dolor de saber que no volverá a ver a Karla ni a las dos niñas, le queda el consuelo de saber que la mujer siempre trató de darles lo mejor a sus chiquitos.
“Karla era una mamá valiente y espectacular, la hija menor tenía tan solo veintidós días de nacida, pero aún así ella se levantaba todos los días para atender a los demás chiquitos. Ayer (miércoles) tuvo una cita médica y una sobrina la acompañó para ayudarla a cuidar a los demás chiquitos.
“La sobrina cuenta que en la tarde llegaron a la casa, hicieron café y estuvieron hablando y compartiendo mucho. Yo hablaba mucho con ella porque nos llevábamos muy bien. El martes estuvimos mandándonos mensajes y quedamos en que yo iba a ir a visitarla el sábado”, relató.
Salazar se dedicaba a las labores del hogar y al cuido de los cinco pequeños: tres varones de diez, siete y seis años y las dos chiquitas; la mayor había cumplido los dos años el pasado 4 de enero y la menor, que apenas tenía unos días de nacida.
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El esposo de Karla, William Retana, trabaja en la empresa Coricafé y es hijo de Franco Retana, un jardinero muy conocido en ese lugar. Este jueves los compañeros le dijeron a William, cuando este llegó al trabajo, que tenía que devolverse a la casa porque algo había sucedido en su casa.
“Ellos no se atrevieron a decirle que la esposa y las dos hijas habían muerto, él se dio cuenta hasta que llegó aquí y ese momento fue terrible. Él se me tiró encima llorando y diciéndome que había perdido a Karla y a las chiquitas.
“Es increíble vivir en carne propia una situación tan terrible, un día de estos me di cuenta de que un viejito había muerto en un incendio y me sentí mal por él y por la familia, pero vivir esto de cerca es desesperante y muy doloroso”, detalló Ana.
Fósforos desataron incendio
El Cuerpo de Bomberos informó que la hipótesis que manejan sobre la causa del origen del fuego es que los niños que sobrevivieron estuvieron jugando con fósforos dentro de la casa.
Héctor Chaves, director de Bomberos, informó que establecieron, de manera preliminar, que el fuego habría iniciado en la sala de la casa.
“Todo hace indicar que se trató de niños jugando con fósforos, esa es la versión que está cobrando relevancia. Al parecer, los niños jugaban en los sillones que estaban cerca de la puerta y ahí habría empezado la emergencia. La mujer pudo poner a salvo a sus tres hijos mayores, pero cuando regresó por las niñas ya el fuego había avanzado a la sala, por lo que decidió meterse al baño para refugiarse.
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“El incendio afectó una vivienda que estaba dividida en dos, pero el fuego se concentró en la primera casa y de ahí no pasó. Pero las personas quedaron atrapadas en la parte trasera de la estructura, por lo que ellas inevitablemente perdieron la vida.
“Este es un tema en el que nosotros hemos venido insistiendo, la necesidad de que haya una segunda salida en todas las casas, una ruta alterna para salir de esas situaciones, algo que aquí lamentablemente se ejemplifica de una forma muy triste”, explicó Chaves.
Segunda tragedia
Esta es la segunda tragedia mortal que causa el fuego este año. La primera ocurrió la madrugada del martes anterior en Ciudad Colón.
El agricultor Gilbert Azofeifa Sandí, de 80 años, murió cuando la casa en la que vivía se incendió.
Bomberos informó que la vivienda del adulto mayor era de madera, lo que facilitó que el fuego avanzara con mucha rapidez.
Este 2020 se han atendido 117 incendios en casas o edificios en los que han perdido la vida cuatro personas. Los rescatistas hacen un llamado a la población para que tomen prevenciones y así evitar más perdidas humanas y materiales.
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Entre ellas están hacer revisiones periódicas de las instalaciones eléctricas y planificar un plan de evacuación familiar para saber cómo actuar en caso de una emergencia. Estos planes deben incluir detalles básicos como saber dónde están las llaves de la casa.
Además, los expertos recomiendan el uso de detectores de humo ya que ellos podrían alertar a tiempo sobre el inicio de un incendio y darle a la gente algunos segundos valiosos para salvar sus vidas.
Quedaron en la calle
Además de perder a tres de sus miembros, la familia afectada en el incendio perdió todas sus pertenencias, lo que hace que la situación se complique aún más.
“El fuego les quemó todo, la ropa, las cosas de la escuela, los muebles; es desesperante porque además de tener que enfrentar la pérdida de Karla y las dos chiquitas ya no tienen ni dónde vivir.
“Si alguna persona pudiera ayudarnos con lo que tengan gusto para darles un empujón a los tres chiquitos y a William se lo agradeceríamos muchísimo”, expresó Ana.
Los vecinos también se organizaron para recoger víveres, ropa, útiles escolares y cualquier otro tipo de ayuda que pueda aliviar un poco la angustia que viven los afectados.
La familia está a la espera de que las autoridades judiciales les entreguen los cuerpos de sus seres queridos, para velarlos en la iglesia del barrio San José, en Alajuela.
Las personas que quieran ayudar a los afectados pueden llamar al teléfono 8886-1444.