En cuanto el portero Román Arrieta Soto, de 37 años, oyó y vio a los agentes del OIJ entrar a su casa soltó el llanto y decía "hasta aquí llegó mi carrera en el fútbol".
Así se lo dijo este viernes a La Teja una fuente que presenció el arresto, llevado a cabo este jueves en Aguas Zarcas de San Carlos.
Arrieta se había venido desempeñando como arquero de la Asociación Deportiva San Carlos y era muy popular en esa parte del país.
Este viernes un juzgado acogió la solicitud de la Fiscalía de La Fortuna de San Carlos y le puso a Román seis meses de prisión preventiva.
El guardameta es investigado por nacotráfico y lavado de dinero. Al parecer, tiene una relación muy cercana con el matrimonio Salazar Castro, una pareja detenida en el 2017 que cumple prisión preventiva desde entonces por los mismos delitos.
Durante la investigación las autoridades confirmaron que Román era muy allegado a los esposos y que, incluso, un hijo de la pareja lo llama "tío". Además, el deportista visitó en la cárcel de La Marina, en San Carlos, al papá de ese chiquito.
La oficina de prensa del OIJ confirmó que el portero proviene de una familia muy humilde y que mantenía un perfil bajo. No se le veía gastar plata en lujos o en caprichos. En lo que sí lo veían gastar plata era en fiestas en bares de La Fortuna y de San Carlos.
La casa donde lo detuvieron este jueves es alquilada y el carro que tiene es un modelo antiguo.
Arrieta solo registra una salida del país junto a la pareja detenida el año pasado. Las autoridades no saben hasta el momento cuánta plata pudo haber obtenido como ganancia del negocio ilícito.
"Es una cifra que no se puede cuantificar ya que mantenía un perfil muy bajo, aunado a ello tenía otras actividades como la venta de ceviches en las inmediaciones del estadio Carlos Ugalde, además de ventas de guantes para porteros y tenía una academia de porteros", informó el OIJ este viernes ante consultas de La Teja.
Sin charral para correr
Arrieta ya había escapado de la Policía el 19 de abril del 2017, cuando salió corriendo por unos charrales en La Cruz de Peñas Blancas, en San Ramón de Alajuela.
Aquel día las autoridades judiciales allanaron una empacadora en desuso que, al parecer, era utilizada para alistar droga que luego enviaban a Europa escondida en frutas. En ese operativo fueron detenidos los esposos amigos de él que ahora están presos.
Dos hombres salieron corriendo de la empacadora en aquella fecha, al parecer eran Román y otro sujeto que no ha sido detenido pero está identificado.
Dentro de la empacadora decomisaron carros con compartimientos secretos (para llevar la droga) y unos ¢70 millones en efectivo, entre los que iban dólares y euros.
Días después Arrieta mandó a su papá a una empresa de telefonía a solicitar una tarjeta SIM (chip telefónico). Eso hace sospechar que era para reponer el celular que había dejado botado cuando huyó. El documento del nuevo aparato fue decomisado en la casa donde agarraron a Arrieta este jueves.
Las autoridades no descartan que Arrieta no gastaba mucho dinero esperando que su equipo subiera a primera división y justificar así una nueva posición económica.