El humorista Carlos Ramos, más conocido como el Porcionzón, continúa internado en el hospital del Trauma, recuperándose de un aparatoso accidente de tránsito que sufrió hace una semana.
Él está a la espera de que le hagan una cirugía reconstructiva en el tobillo derecho, pero esa no es la única preocupación que tiene, ya que ha estado luchando contra los sentimientos de dolor y tristeza que lo embargan al saber que el chofer del carro que lo chocó, perdió la vida.
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"El impacto fue fulminante, de prueba está que la otra persona falleció de inmediato. Estoy viviendo un duelo interno por la vida que se apagó en el accidente que tuve, aunque yo no tuve la culpa, diay, uno no deja de ser, de alguna manera, partícipe de la fatalidad de este señor.
“Yo me pongo a pensar en la señora, en el chiquito, es muy conmovedor, pero uno no puede hacer nada. Ya me solidaricé con la familia, me llamó un hermano de él y me agradeció porque le dije que sentía mucho lo que estaban viviendo”, contó Ramos.
El Porcio está recibiendo atención sicológica para llevar ese duelo de la mejor manera, ya que sabe que debe estar con una actitud positiva para hacerle frente a su recuperación.
Mucho dolor
Ramos dice que ya se siente mucho mejor, le han estado poniendo morfina para el dolor y eso lo alivia un poco.
"Los dolores son intensos, pero ya ahora sí son soportables. Los primeros días me quería morir del dolor, nunca había sentido dolores tan indescriptibles, era como si me apagaran chingas de cigarro en las plantas de los pies, algo tremendo, pero gracias a Dios y a los médicos, ya me siento mejor.
“Además, me hicieron un procedimiento con un catéter para pasarme por ahí una dosis de anestesia, eso me bloquea el nervio y le duerme a uno la parte afectada en un gran porcentaje”, narró.
El Porcio dice que como él ya está medio mayorcillo, le han tenido que hacer muchos exámenes antes de operarlo y eso ha retrasado la intervención quirúrgica.
“Por ejemplo, del corazoncito salí bien, gracias a Dios; los riñoncitos tienen que limpiármelos porque están un poquito sucitos, pero ahí me los están chaneando”, añadió.
El humorista dice que los médicos también están esperando que sequen más las heridas del tobillo para evitar que se infecten o le entre una bacteria.
El Porcionzón asegura que para él ha sido difícil estar separado de la familia, ya que por todos los protocolos del coronavirus no puede recibir visitas.
“No queda más que hablar por teléfono con la gente que uno quiere, por dicha ahora la tecnología ayuda mucho y se pueden hacer video llamadas. Cuando he necesitado algo, como un cepillo de dientes o así, he llamado a mis hijos y ellos me lo han venido a dejar al puesto del guarda”.
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Ramos asegura que se siente agradecido con Dios y con los médicos que lo están atendiendo porque le han dado una atención inmejorable.
"Diosito quería que me quedara de este lado para entretener un poquito más, para hacer el ridículo un tiempito más, porque solo la mano de Dios me salvó.
"La atención de este hospital ha sido de primera línea y no solo conmigo, porque algunos dirán que es que son así conmigo porque soy el Porcionzón y como tengo un poquillo de popularidad me tratan muy bien, pero no, aquí no hay preferencias, aquí tratan bien a todos, con cariño y vocación.
Día trágico
El suceso en el que resultó herido el comediante ocurrió el domingo 17 de mayo a las 6:30 de la tarde, a un costado de la feria del agricultor, en Atenas. El humorista regresaba de visitar a uno de sus hijos.
En la tragedia murió Diego Solórzano Espinoza, de 37 años, quien era vecino de Atenas y oriundo de Barranca, en Puntarenas.
Las autoridades dijeron que Solórzano viajaba en un sedán e invadió el carril por el que iba el Porcio, chocándolo de frente.
El humorista viajaba en un 4x4 y según cuenta, las bolsas de aire lo protegieron de lesiones serias.
También el cinturón, ya que aunque el latigazo le dejó moretes, sabe que si no lo hubiera llevado puesto, la historia sería muy diferente.