“¡Que alguien me ayude con el señor!”, dice un hombre que grabó la balacera ocurrida en el centro de San José este miércoles, quien en vez de auxiliar él mismo al adulto mayor, ni a palos soltó el celular pues no quería detener su grabación.

Ese es el mejor ejemplo de la irresponsabilidad mostrada por muchas personas en esa emergencia, ya que por ganarse un like o por compartir su propio video en WhatsApp, expusieron su vida en una lluvia de balas que acabó con la vida de una persona, pero que bien pudo ser más grave por tanta imprudencia.

Son muchísimos videos que circularon apenas minutos después de lo ocurrido. Mientras los policías se ven con sus pistolas en la mano, otros estaban en primera fila con el celu y otros con un pie adelante y el otro atrás por aquello de tener que pegarse una carrera.

“Hay gente a la que grabar un video sobre una situación le genera una retribución. La gente no calcula lo que puede pagar por grabar un video así. Cuando tenés un video de este tipo, obviamente no va para la colección de una persona sino que lo va a compartir, se va hacer viral y sabe que va para todo lado, eso genera dopamina (causante de sensaciones placenteras).

“Es lo que pasa con los selfis, como hace unos días, que hubo un accidente de una señora y su hija (la mamá murió al caer a un guindo), es lo mismo. La gente no calcula el riesgo, tampoco calcula que ese momento dura un instante y que después la gente no se va ni a acordar de eso y a lo que se expuso”, dijo Esteban Mora, experto en redes sociales.

Mora cree que en este caso las personas, más allá del miedo de ser heridas, actuaron por el miedo de quedarse fuera de algo que se vuelve tendencia en las redes.

“Es la oportunidad de grabar un evento poco común. Claro, posiblemente si todos salen corriendo, muchos van a hacer lo mismo, pero si uno se pone a grabar y calcula cuántos likes van a tener otros, va a hacer lo mismo por el miedo de perder el momento, esto está documentado”, añadió.

El hecho se dio este miércoles a las 11 de la mañana en Chepe centro, en calle 10, entre avenidas 6 y 8, específicamente 100 este y 100 norte de la conocida bomba La Castellana.

Allí, Luis Diego Fernández Valverde, de 31 años, al parecer amenazaba con matar a su papá y después acabar con su vida. La Policía rescató a su padre y después se dio una balacera en la que Luis falleció dentro del carro Mercedes Benz que conducía. Dos oficiales también resultaron heridos, pero no de gravedad.

Sin sensibilidad

Por su parte, el sociólogo Guillermo Acuña, asegura que estamos viviendo en una sociedad con una necesidad de ver este tipo de contenidos en redes sociales.

“Me impresionó mucho ver gente con su celular como si fueran reporteros, hemos perdido la sensibilidad en el sentido de que nadie vio el riesgo que se estaba viviendo en ese momento, hacían tomas ante hechos que son riesgosos. Todo posiblemente por ganar muchos likes”, aseguró.

La psicóloga María Ester Flores aseguró que grabar es parte del morbo de la gente.

Ella explicó que en el celular la gente ha encontrado la forma de comunicarse, no solo por ocio sino también por trabajo o hasta para pedir ayuda. Incluso para algunas personas puede ser un fetiche.

Y aunque ella destacó que mucha gente sí corrió por su vida, también cree que los demás reaccionaron grabando porque la adrenalina se les subió como un mecanismo de defensa.

“En estas situaciones la persona sufre un shock, un impacto, los mecanismo de defensa se caen y buscamos un mecanismo de protección, adaptación y defensa, pero pueden pasar minutos o horas y de eso depende cómo reaccionamos”, dijo.

Ella asegura que posiblemente algunas de esas personas que grabaron pueden sufrir el efecto postraumático, que es llegar a la casa y ver todo lo que ocurrió cerca de ellos, eso puede desatar estrés, ansiedad o ataques de pánico.

Los videos

En uno de los videos que se hicieron virales, un hombre está grabando a unos 25 metros la acción de los policías cuando inicia la balacera, hasta dice que es un secuestro, pero nada que ver.

Solo baja el celular, pero sin parar la grabación, por unos segundos, porque la gente empezó a correr cuando inició la voladera de plomo. Se aleja unos cuantos pasos y es cuando se ve en el piso a un abuelito que anda con bastón.

Dos buenos samaritanos son los que le ayudan al viejito, mientras el hombre decide acercarse de nuevo al epicentro de la acción mientras dice: “Ese fue el carro, le dieron como 500 balazos”.

En esas tomas también se ven a otras personas acercándose con sus celulares para no perderse detalle alguno e intentar que su grabación luego sea la más viral.

En otro se ve a una mujer que está a la par de un bus con su celular, pero en el momento en que alguien le dice: ‘Corrámonos por si se arma’, se escudan en un bus para seguir grabando.

Otro hombre graba desde una tienda y le tocó correrse porque está bastante cerca. Incluso, casi se le cae el celular, pero nunca apaga la cámara y así hay muchísimos ejemplos más.

La tarde de este miércoles, las palabras “balacera en San José” eran populares en Facebook, a las 4:30 de la tarde, la misma red social decía que 148 mil personas estaban hablando sobre eso y, claro, a muchos de esos videos les sobraban likes.