Por segunda vez, Caín Gutiérrez Alfaro fue condenado a 44 años de cárcel por el atroz homicidio de Walter Nelson Antay Rodríguez, un comerciante peruano que fue descuartizado y cuyos restos fueron escondidos dentro de un refrigerador, en su propia casa en Limón.
Así lo dio a conocer la Fiscalía Adjunta de Limón, la cual señaló que la condena fue dictada por el Tribunal Penal de Limón este miércoles 3 de agosto, tras un extenso juicio que se llevó a cabo durante cinco meses.
En este nuevo juicio, el Ministerio Público también consiguió que dos abogados de apellidos Baltodano Gutiérrez y Alfaro Zúñiga fueran sentenciados por el delito de falsedad ideología, pues se comprobó que ayudaron a que Caín se hiciera de las propiedades de la víctima de forma ilegal.
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“El Tribunal Penal sentenció a Baltodano a tres años de prisión y a Alfaro a un año de cárcel. El Tribunal de Juicio les otorgó el beneficio de ejecución condicional, por lo que no cumplirán la pena en prisión, sin embargo, no podrán cometer delito alguno, ya que, de lo contrario, se podría revocar dicho beneficio”, detalló la Fiscalía.
En abril del 2021 el Tribunal Penal de Limón había condenado a Gutiérrez a 46 años de cárcel por el homicidio del comerciante, sin embargo, los jueces dictaron una absolutoria a favor de los abogados.
Por ese motivo el Ministerio Público presentó una apelación que fue aceptada y dio pie a que se realizará este nuevo juicio.
Cruel plan
Los hechos por los cuales Caín fue condenado ocurrieron entre el 1 de setiembre y el 12 de diciembre del 2018, en Limón.
Gutiérrez, quien había llegado de Nicaragua junto con un hijo de Antay, se ganó la confianza del comerciante para luego asesinarlo y descuartizar su cuerpo, el cual ocultó dentro de un refrigerador en la casa del peruano, en barrio Los Cocos de Limón.
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Aunque el homicidio ocurrió en el 2018, el macabro plan de Caín se empezó a gestar en el 2011, cuando asesinó a la exesposa de Antay, Rita Rostrán Fajardo, a quien sepultó debajo de un piso de cemento de la panadería que era propiedad de la señora, en Estelí, Nicaragua.
El crimen de Rostrán fue descubierto en el 2016 cuando una persona compró el local y al hacer la remodelación encontró el cuerpo de la mujer.
Trascendió que antes de que los restos de Rostrán fueran hallados, Gutiérrez usó el celular de la mujer para hacerse pasar por ella y enviarle mensajes a Antay, para que este siguiera depositando a su cuenta $1000 (610 mil colones) que debía darle mensualmente.
Engañado
Caín llegó a Costa Rica en abril del 2016 en compañía de un muchacho de 17 años, hijo de Rostrán y Antay, a quien también había engañado. Caín llegó a la casa del peruano diciendo que ambos fueron enviados por la exesposa de Antay.
En poco tiempo Gutiérrez se ganó la confianza de Antay y se involucró en sus actividades comerciales, además se acercó a su familia haciéndoles creer que era una buena persona.
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Luego de acabar con la vida de Antay, Caín uso el celular del peruano para hacerse pasar por él y enviarle mensajes de texto a sus allegados, diciéndoles que se había ido de Limón y que dejó todo a cargo de Gutiérrez.
En cuanto a los abogados, en diciembre del 2018 estos ayudaron a que Caín se adueñara de las propiedades de Antay.
“De esta manera, con los documentos falsos, el imputado logró hacer el traspaso de patente del local que pertenecía al ofendido, así como trámites para quedarse con otros bienes”. indicó la Fiscalía.