“Imaginé que iba a quedar paralítico, en la casa y ver que ahora estoy de nuevo trabajando y que me siento bien, es una verdadera bendición”.
Así es como el policía Jeison Quesada Marín, de 29 años, describe el milagro que vive a diario, pues jamás pensó que se iba a reponer de las lesiones que sufrió al caer desde un puente con su moto.
El accidente ocurrió el 17 de marzo del 2019 en el puente que está a un lado del parque de la Paz, en San José, en la carretera de circunvalación. Ese día Jason se dirigía a atender un caso de doble homicidio en San Rafael Arriba de Desamparados.
Quesada dice que varios policías motorizados iban a cubrir el suceso, por lo que, cuando iban a pasar por el puente, hicieron una especie de fila india, pero en la pura entrada de la estructura había piedrillas sueltas, por lo que la moto le derrapó, perdió el control y se cayó por un costado del puente.
Quesada sufrió una fractura en tres vertebras de la columna y por tal motivo tuvieron que hacerle una delicada operación en la que le colocaron varias placas, afortunadamente todo salió bien y pudo regresar a su trabajo en setiembre.
“Volver a caminar desde cero fue muy difícil, porque es increíble como las piernas pierden la fuerza por no caminar durante quince días. Cuando ya pude trotar y correr me sentí muy agradecido con Dios”, contó Quesada.
El oficial dijo que retomar su vida después del accidente no ha sido nada fácil, pues aún afronta constantes dolores en la parte baja de la espalda, sobre todo cuando ya lleva varios días trabajando.
“Después del accidente comencé a hacer natación y eso me ayudó un montón, también volví al gimnasio para hacer un poquito de ejercicio, según me recomendó el médico.
“También retomé un curso de adiestramiento canino y eso me ayudó mucho, porque aunque parezca mentira, la terapia con los perros ayuda montones”, detalló.
Prueba superada
Jeison siempre ha sido un apasionado de los deportes y el ejercicio, por eso es que sufrir el accidente fue un golpe muy duro para él, sin embargo, el uniformado nunca tiró la toalla y más bien decidió ponerse a prueba.
“En diciembre hice una prueba física en el Ministerio de Seguridad para un curso de inspectores y jamás me imaginé que después de seis meses de no poder correr la iba a hacer y gracias a Dios hice los tres kilómetros con buen tiempo y todo.
“También tuve que hacer abdominales y lagartijas, en eso pensé que me iba a ir mal porque antes (después de que le dieran de alta) no podía hacer ni una abdominal, pero gracias a Dios ese día me fue bien porque hice veintiséis, aunque antes del accidente hacia cincuenta y seis en un minuto”, contó.
Extraña la moto
De las cosas que más extraña Jason es subirse a una moto para salir a trabajar, pues después del accidente la encargada de salud ocupacional solicitó que lo asignaran como conductor de patrulla, pues aún no ha terminado el proceso de recuperación.
“La moto me hace demasiada falta, sobre todo por la movilidad y que es más rápida para dar respuesta a un incidente. La doctora me dijo que si todo salía bien con el progreso de la recuperación ya en marzo me daba de alta para volver a andar en moto”, dijo Quesada.
El uniformado dice que su familia lo apoya en todo lo que quiera hacer, inclusive, dice que su esposa lo impulsó para que regresara al trabajo lo más pronto posible porque no lo gustaba verlo medio aburrido en la casa sin hacer nada.
Jason agregó que él ha salido adelante gracias al deseo de superación que tiene, por lo que no está dispuesto a que las secuelas de un accidente frenen sus sueños de seguir creciendo en el Ministerio de Seguridad Pública.