Despertar de una peligrosa operación en la columna y ver que aún podía mover sus pies le devolvió la paz al policía Jeison Quesada Marín, de 28 años.
Al uniformado se le salieron las lágrimas por la felicidad que sintió porque temía no volver a caminar y por ende, quedarse sin el trabajito que tanto ama.
Quesada es el oficial de Fuerza Pública que el pasado domingo 17 de marzo perdió el control de su moto y cayó desde el puente que está a un lado del parque de la Paz, en San José, en la carretera de circunvalación.
Jeison, quien trabaja desde hace dos años como oficial del Grupo de Apoyo Operacional (GAO), asegura que está vivo porque Dios así lo quiso, ya que el accidente que sufrió tenía todos los elementos para ser fatal.
“Yo sentí que volví a nacer, primero que todo le dí gracias a Dios porque si en ese momento hubiera ido pasando un carro o un tráiler me hubiera rematado, bendito sea Dios que no fue así porque no la estaría contando”, recordó.
Alerta lo puso a correr
El día del accidente, Quesada estaba, junto con varios compañeros, escoltando el bus del Club Sport Herediano hasta el estadio Ricardo Saprissa por el clásico provincial que se jugaba ese día en la Cueva.
En ese momento recibieron una alerta por un doble homicidio en San Rafael Arriba de Desamparados, por lo que salieron soplados a dar apoyo.
“Cuando íbamos bajando por plaza Víquez hicimos una formación en fila, en ese momento venía un carro que se hizo hacia la derecha para dejar pasar al puntero, pero seguro el chofer pensó que solo iba una moto y volvió a retomar el carril, como el carro se me metió intenté pasarle por la derecha, pero en la entrada del puente hay como una arena suelta entonces la moto derrapó y pegué con el puente”, dijo.
“Yo salí volando y nada más alcancé a cerrar los ojos y escuché como el viento me iba pasando cuando iba cayendo a circunvalación y ahí perdí el conocimiento del todo”, continuó Quesada.
Luego de ser ayudado por varios de sus compañeros, el oficial fue llevado por la Cruz Roja hasta el Hospital San Juan de Dios, donde le realizaron placas y lo inyectaron en varias ocasiones para reducir el fuerte dolor que sentía en la espalda.
Mucho temor
Al día siguiente, Quesada fue llevado al Hospital del Trauma, en La Uruca, ahí un médico le explicó que por el fuerte golpe que se llevó sufrió una fractura en tres vertebras de la columna, por lo que lo tenían que operar.
Jeison esperó tres días para que lo pasaran al quirófano, ese tiempo se le hizo eterno pues no dejaba de pensar que dependiendo del resultado de la operación tal vez no podría subirse de nuevo a su motocicleta.
“Ahí me operaron y me unieron con placas las vertebras, ya para el viernes yo podía mover un poco los pies, podía levantarlos un poquito, ahí me volvió el alma al cuerpo porque estaba muy preocupado de quedar en sillas en ruedas”, contó.
Los médicos dieron de alta a Quesada el pasado lunes 25 de marzo por lo que pudo regresar a su casa en Escazú para continuar con su recuperación.
Poco a poco
El policía contó que el proceso de recuperación ha sido bastante duro, pues aún se siente muy adolorido y todavía no puede caminar por su cuenta, por eso su esposa, Carol Sandí, lo ayuda a ponerse de pie y a dar algunos pasos por la casa.
“La operación fue bastante grande, casi media espalda, por las grapas parece que me dejaron como un ziper. Espero en Dios ahorita soltarme y ya caminar por mí mismo, tengo que ir de a poco sin hacer mucho esfuerzo ”, contó.
Quesada tampoco puede realizar ninguna actividad física y para él eso es un golpe fortísimo, pues antes del accidente pasaba casi que todos los días metido en el gimnasio.
Buenos compañeros
Desde el día del accidente hasta la fecha Jeison recibió mucho apoyo y ayuda de su familia y sus compañeros de trabajo, quienes no lo han dejado solo en ningún momento y siempre están pendientes de su recuperación.
“Los compañeros han sido demasiado solidarios, incluso dos compañeras solamente me dijeron que revisara mi estado de cuenta para que viera que me había depositaron una plata para ayudarme y eso fue demasiado pura vida, porque eso me ha ayudado a comprarme frutas y alguna que otra pastillas que necesito para el dolor”, recordó.
Un accidente como este haría que más de uno pienso en abandonar su trabajo o no subirse de nuevo en una moto, pero este no es el caso de Quesada.
“Estoy deseando recuperarme para volver porque yo amo lo que hago, son más las ganas que cualquier miedo, accidentes le pueden pasar a cualquiera”, finalizó.