Minor Cruz Marchena, un policía municipal de 48 años, estuvo 10 días en la cama de un hospital por culpa del covid-19.
La enfermedad golpeó con todo al uniformado, haciéndolo perder sus fuerzas; sin embargo, nunca pudo doblegar su espíritu de lucha y al final eso fue lo que le permitió ganar la batalla.
“Le agradezco mucho a Dios por estar aquí. De verdad que la vida es frágil”, dijo el oficial.
Cruz, quien es vecino de Tres Ríos, en La Unión de Cartago, se reintegró a la Policía Municipal de San José el pasado miércoles 24 de febrero, pero todavía se está recuperando de las secuelas que le dejó el coronavirus.
“Después del covid quedé muy débil, porque la enfermedad me comió los músculos, salí muy delgado del hospital y por eso ahorita me están dando terapia muscular y respiratoria”, detalló el policía.
El uniformado contó que su lucha contra el virus inició el lunes 4 de enero, cuando empezó a sentir muchos de los síntomas de esta enfermedad, como diarrea, dolor de cabeza y cuerpo, mareos, calentura muy alta, pérdida del gusto y del olfato.
“En la casa estuve tres días, pensé que me iba a componer, pero más bien me puse peor, me dio debilidad en el cuerpo y eran unas calenturas y escalofríos. El 7 de enero me llevaron en ambulancia al hospital de Cartago”, recordó.
Cruz dijo que la etapa más difícil la vivió en el hospital Max Peralta, pues a pocas camas de donde él estaba, murieron dos hombres por culpa del covid, por lo que sintió mucho temor de que le pudiera pasar lo mismo.
“Yo me agarré muy fuerte de Dios y traté de no darle mente a esos pensamientos. Los días se me hacían eternos, como de cuarenta y ocho horas, y el hecho de que nadie lo pudiera visitar a uno se sentía muy feo, porque me daba como una cierta depresión, pero traté de superar eso”, contó.
El policía ganó la batalla el pasado 27 de enero, día en el que le dieron de alta y le permitieron regresar a casa junto a sus seres queridas.
“Yo puedo dar fe de que esta enfermedad existe y no es jugando, por no hay que dejar de cuidarse”, dijo.