“Un homicidio cruel, de los más aterradores que me ha tocado atender como fiscal”. Así describió Ricky González, el representante del Ministerio Público, llevar en la etapa de juicio el asesinato de Jorge Jiménez Berrocal, conocido como Macho Jiménez.
El fiscal expresó estas palabras al arrancar sus conclusiones en la etapa final de este juicio.
González pidió la pena máxima para el acusado de este homicidio, un sujeto conocido como Luigi, hermano de Macho Jiménez.
El fiscal catalogó este crimen como un fractricidio (delito que consiste en matar a un hermano).
El representante del Ministerio Público señaló que tiene hermanos y el martes 16 de mayo anterior él y su hermano menor estuvieron de cumpleaños, pero además tuvieron la vela de una tía y allí vio a toda su familia. En ese momento pensó en la familia Jiménez Berrocal y en cómo las diferencias los llevaron hasta la muerte de uno de ellos.
“Con mis hermanos y mis padres puedo tener diferencias muy sentidas, ideológicas, pero nunca les haría daño y cuando veo a mis tíos me entra la idea de que por un hermano se da la vida y aquí ocurrió todo lo contrario”, exclamó el fiscal.
Añadió que los hermanos están entrelazados, no para hacerse daño.
El fiscal pidió una pena de 30 años por el homicidio, porque asegura que Luigi es el autor intelectual de haber ordenado el asesinato de su propio hermano Macho Jiménez.
“Un hermano ambicioso, que planeó, que pagó y que dominó, desde el punto de vista intelectual, la ejecución de su propio hermano”, señaló el fiscal.
Apuntó que dentro del juicio no hubo prueba directa en la que un testigo señalara a Luigi como el responsable; sin embargo, detalló la serie de elementos que para la Fiscalía son pruebas contundentes que vinculan a Luigi como el responsable del atroz homicidio, que ocurrió la tarde del 30 de enero del 2015 en un parqueo en Tibás, San José.
Asimismo, señaló que sí cuentan con un testigo directo que es Fauricio Arce Rodríguez, quien días antes del homicidio buscó a Macho y le dio detalles de que Luigi le pagaba a unos sicarios en las paradas de San Carlos en San José un total de ¢20 millones.
Agregó que Fauricio, abiertamente, dijo que es gay y que Luigi es bisexual y por eso tenía detalles de esa información.
“La cercanía de dos personas que comparten la cama, que se van de fiesta, que se ven constantemente, le da credibilidad al testigo para saber datos que en otras condiciones sería difícil obtener”, sostuvo González.
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De igual forma, comentó que el análisis de las radio bases, que activan los celulares, es importante, porque estos demuestran que el 90% de su tiempo Luigi pasaba en San Carlos, pero el día del crimen de Macho, el imputado activó radio bases en San José.
Además, que hubo sábados que activó radio bases en el Paso de la Vaca y en barrio México, San José, hechos que llevan a la Fiscalía a confirmar la declaración de Fauricio de que Luigi le pagó a los pistoleros en las paradas de San Carlos.
González caracterizó a la víctima como un hombre legalista, quien siempre acudió a las autoridades judiciales para pedir ayuda y denunciar que sus hermanos lo querían matar por problemas de tierras.
Incluso, González recordó parte de las últimas palabras que dijo Macho unos 15 días antes de morir: ‘pero en este país el OIJ, el Ministerio Público y, con el perdón que usted se merece, hay que estar muerto para que las cosas caminen’.
“Me causa vergüenza como fiscal”, señaló
Macho Jiménez fue víctima de atentados en el 2009, en el 2011, luego en el 2010 y en el 2015 fue cuando lo mataron en Tibás.
“Nadie puede cuestionar que las amenazadas no fueran ciertas, porque lo mataron el 30 de enero 2015″, manifestó el fiscal en sus conclusiones.