Luego de llamar varias veces al celular de su pareja y que esta no le contestara, un peón de construcción decidió devolverse a su casa para ver si todo estaba bien. Lamentablemente al entrar se dio cuenta de que la mujer no le respondía porque la habían asesinado.
El trágico hallazgo se dio a eso del mediodía de este miércoles dentro de una casita que se ofrecía para la venta en el barrio El Molino, en el puro centro de Cartago
La fallecida fue identificada por el OIJ como una joven nicaragüense de nombre Yarissa Tatiana Ramírez Varilla, de 19 años, quien aparentemente murió estrangulada.
El crimen fue descubierto por la pareja sentimental de la muchacha, un pinolero de apellidos Valdivia Gutiérrez, quien, de acuerdo con la Policía Judicial, encontró a la joven semidesnuda y tendida sobre una colchoneta en el piso, además con varios golpes en la cara.
La escena fue tan impactante para el peón que tuvo que salir de la casa para llorar y gritar por la muerte del amor de su vida. Los gritos del nicaragüense hicieron que un vecino saliera a preguntarle qué había pasado, a lo que este solo respondió: “me mataron a mi mujer”.
Este vecino fue quien avisó a las autoridades, por lo que en cuestión de pocos minutos ya había varios polis de la Fuerza Pública custodiando los alrededores de la vivienda.
Escena silenciosa
Enrique Arguedas, director regional de la Fuerza Pública en Cartago, explicó que se encontraban ante una escena del crimen silenciosa, pues los únicos datos para trabajar eran las evidencias que el OIJ pudiera encontrar en el cuarto donde fue hallado el cuerpo.
“Se trata de una escena silenciosa, porque no hay nadie que nos pueda decir nada, nadie escuchó gritos ni nada, todo sucedió en la intimidad de la casa”, explicó.
En cuanto a la pareja de la fallecida, Arguedas dijo que este se encontraba como en shock, sumamente afectado por lo que había sucedido, por lo que cuando intentaron hablar con él no les daba respuestas acordes a lo que había sucedido.
Ante delicada situación que tenían entre manos los oficialesdecidieron subir al pinolero a una perrera, para luego llevarlo al OIJ y que fuera indagado. Durante varios minutos Valdividia estuvo llorando y gritando dentro del carro, hasta que finalmente se lo llevaron.
“La primera persona que hay que descartar es la última que la vio con vida”, dijo Arguedas.
Desde la Policía Judicial se informó a este medio que el nicaragüense no estaba en calidad de detenido, solamente fue llevado a la delegación de Cartago para ser entrevistado por los investigadores.
Nueva oportunidad
El OIJ dio a conocer que en la casa donde sucedió el homicidio no solo vivía la joven y su pareja, sino que en este casita también habitaban otros tres nicaragüenses más, quienes al momento de los hechos no estaban en el lugar.
“Los hombres salieron a trabajar por la mañana de la casa en la que alquilaban los cinco. Aparentemente ella siempre se quedaba en la vivienda”, precisó el OIJ.
Gerardo Chacón, uno de los vecinos, contó que los pinoleros llegaron al barrio hace poco tiempo y como estaban buscando un mejor futuro el dueño de la casa les habría echado el hombro.
“No los conocía muy bien porque ellos están hace poco en esa casa, tenían como tres meses o cuatro meses tal vez, es que la casa estaba sola, pero como el señor no la había vendido o alquilado entonces como que ellos se la estaban cuidando”, mencionó Chacón.
Por su parte Carlos Valverde, otro de los vecinos, dijo que el no conoció a Yarissa pero sí a su pareja, a quien describió como un joven breteador, al que en otras ocasiones le dio trabajo en unas construcciones.
De momento el OIJ no ha revelado mayores detalles sobre la escena del crimen, como si alguna entrada fue forzada o si la mujer tenía alguna otra lesión visible.