Sucesos

(Videos) Futuro periodista que murió en incendio en Moravia escribió poema a su familia

Hermanos quedaron abrazados en una esquina del patio, sus papás al otro lado.

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(Video) Incendio deja cuatro personas fallecidas en Moravia

Ignacio Avilés Fernández, el joven que falleció en un trágico incendio la madrugada de este miércoles en San Vicente de Moravia, junto a sus papás y hermana, les había dedicado en su cuenta de Instagram un poema hace tan solo dos días.

La casa en la que ellos vivían se convirtió en una infernal trampa mortal cuando no encontraron las llaves para salir y las tapias del patio se volvieron inalcanzables para la pequeña escalera que tenían.

OIJ y bomberos siguen trabajando en vivienda de Moravia donde fallecieron los cuatro miembros de una familia en un incendio.

Posted by La Teja on Wednesday, March 4, 2020

El fuego se desató a las 2:57 de la madrugada de este miércoles 200 metros al este del Colegio de Ingenieros Agrónomos. Bomberos confirmó que el incendio se dio por una falla eléctrica, aunque en algún momento se pensó que pudo ser por unas velas que tenían en un altar.

Los vecinos trataron de ayudar a la familia, pero fue imposible abrir los portones.

En la casa estaban los esposos Mario Avilés Sasso, de 56 años, quien era abogado, su esposa Silvia Fernández Aragonés, de 47 años, y los hijos de ambos Ignacio de 20 y Ariadna de 24, quienes fallecieron abrazados en el patio. Con ellos quedó también su mascota.

Los cuerpos fueron levantados a las 8:30 de la mañana de este miércoles. Las llamas se desataron a las 2:57 de la madrugada Foto: Alonso Tenorio (alonso tenorio)

Los vecinos aseguran que la familia era inseparable. E Ignacio amaba escribir poemas y compartirlos con sus amigos y compañeros de la "U".

"Mi madre me llevó en el vientre,

mi padre me llevó el biberón,

al vivero fui acompañado de los dos.

Siempre me dan lo mejor de su corazón.

¿Deseos? Solo uno y que me duren un montón", dice parte del escrito.

Según los vecinos, esta madrugada de miércoles desgraciadamente será inolvidable por la desesperación que vivieron. Las víctimas llamaron para pedir ayuda pocos minutos después de que el fuego inició, sin embargo, a ellos les fue imposible arrancar los portones para rescatarlos.

Incluso se confirmó que doña Silvia llamó a una de sus hermanas desde el celular para pedirle que les ayudara a salir porque no encontraban las llaves.

Papás y sus dos hijos murieron en incendio en Moravia el 4 de marzo del 2020
Ninguno de los cuatro miembros de la familia encontró las llaves para salir. Foto Silvia Coto. (Silvia Coto)

“El portón fue reforzado porque ya se habían metido a robar un par de veces a la casa, los bomberos trataron por bastantes minutos de abrir el portón, se dificultó mucho entrar a la casa y no se pudo hacer más al respecto”, dijo Rodrigo Fernández, primo de las víctimas.

Los bomberos reportaron que llegaron a la vivienda a las 3:03 de la madrugada y a las 3:23 el fuego ya había sido controlado. Lograron evitar que se propagara a las viviendas aledañas.

La casa de 240 metros se quemó completa y en pocos minutos. Foto: Cortesía Bomberos

“Cuando llegamos el fuego ya salía por las ventanas, tuvimos que hacer una entrada forzada, con moto sierras cortamos los portones, el incendio se controló rápido, pero consideramos que las víctimas se dieron cuenta del incendio cuando ya estaba avanzado, al parecer, según comentaron algunas personas, no encontraron las llaves y se fueron hasta la parte trasera de la casa”, explicó Héctor Chaves, director de Bomberos.

Las llamas empezaron en la sala-comedor por lo que eso también impidió que la familia lograra llegar hasta el frente de la vivienda.

“Los bomberos encontraron los cuerpos en un patio interno de la casa, al lado izquierdo estaban los padres y en la esquina derecha de la tapia sus hijos abrazados, ellos tenían una escalera pequeña pero las paredes miden cuatro metros por lo que no les era posible subir para pasarse a los techos vecinos, los gases tóxicos provocan la muerte y después el fuego los alcanzó”, detalló Chaves.

Los vecinos de la familia quedaron en shock. La familia era muy querida, era muy solidaria. Foto: Alonso Tenorio (alonso tenorio)

La vivienda solo tenía una salida segura, además en el patio había una apartamento de dos pisos donde vivía uno de los hijos. La construcción de cemento medía 240 metros cuadrados y fueron necesarios mil galones de agua para apagarla.

Los agentes del OIJ realizaron el levantamiento de los cuerpos poco antes de las 8:30 de la mañana ante los rostros conmovidos de los vecinos quienes aseguraron que la familia Avilés Fernández era muy querida pues siempre colaboraban con la comunidad.

Silvia Fernández Aragones, de 47 años, amaba cocinar.
Mario Avilés Sasso, de 56 años, era abogado.
Ariadna Avilés Fernández, 24 años, estudiaba administración. (cortesía)
Ignacio Avilés Fernández, de 20 años, estudiaba periodismo.

Don Mario era abogado en la Asamblea Legislativa, trabajaba para el Departamento de Técnicos Jurídicos, además había sido asesor de varios diputados y también fue Oficial Mayor del Ministerio de Obras Públicas y Transportes (MOPT) y director interino del Consejo de Transporte Público (CTP).

Su esposa doña Silvia, según los vecinos, tenía un catering, mientras que su hijo Ignacio estudiaba periodismo en la UIA y su hija Ariadna trabajaba en un call center y estudiaba administración.

La familia era parte de la comunidad Franciscana, quienes lamentan profundamente esta tragedia.

La angustiada mamá incluso llamó a una hermana, por celular, para que le llegara a ayudar. Foto Silvia Coto.

“Agradecemos a Nuestro Padre Celestial el regalo que le dio a la Fraternidad Santa Isabel de Hungría de tenerlos durante tantos años haciendo la voluntad de Dios y sirviendo humildemente por el Reino de Nuestro Señor y elevamos nuestras oraciones por ellos con profunda esperanza en la Resurrección prometida”, posteó en Facebook la orden franciscana seglar.

En lo que va de este año nueve personas han muerto en incendios. Bomberos contabiliza 253 incendios estructurales.

Poema completo

"Mi madre me llevó en el vientre,

mi padre me llevó el biberón,

al vivero fui acompañado de los dos.

Siempre me dan lo mejor de su corazón.

¿Deseos? Solo uno y que me duren un montón.

Ver a mi hermana y quererla tanto

Discutir sobre que mirar en la televisión

Les voy a decir algo... Que hasta ciego, me sentaría con ella en el sillón.

En la tierra, allá tirado afuera, las rocas servían como

trincheras, jugando con soldaditos verdes y monstruos, nunca fui de carritos de carreras, solo servían cuando se despichaba la carretera.

Mi madre ponía mi nombre en los materiales de la cartuchera...Yo era muy descuidado y se los pedía a la compañera.

Que tiempos...Mirá vos, soy de los que decían que solo escribiendo sobre la tristeza mi sangre se desahoga pero que bonito, con escritos dulces también al corazón se le salen lágrimas.

De esa forma con la rima no le hago daño a nadie, ni a mi.

No quería lonchera porque no había tiempo de comer y jugar en el recreo. Lo mejor, en el horario nos tocaba sintética, “Bueno, un juguito si”. Papi manejaba por la pista yo atrás.

Sonaba una buena pieza y me decía el artista.

Yo a veces con “cólera” porque todas se las sabía.

Mami en la escuela me recogía, ahí a las 1:45, me gustaba una chiquilla pero ella se iba más tarde y yo le decía a la salida si mañana más tarde pasar por mi podía, me respondía que sí y yo feliz, porque iba a estar con la guila.

La verdad conmigo ninguna quería jugar a la botellita y jugando casita, me ponían como el abuelito con demencia que vivía en la otra casa. Buenos recuerdos, estoy seguro que reprobé, recorte y en caligrafía siempre me salía de los bordes, ahora mis letras se salen de mi corazón.

Ojo Nani, vamos a donde Tita Mima que nos va a llevar con su amiga Tía Letty y vamos a comer sorbeto,

A Tita Amparo no le gusta su nombre, ella es Yayi, hace flan de coco que ni llega a la refri porque todo me lo comí.

Mi abuelito Eddy, los partidos observaba sin volumen, no ocupaba escuchar lo que veía, yo lo acompañaba igualmente pero hasta hoy entiendo su sabiduría. Se que está ahí, pero quisiera volver una última vez a sentarnos en el corredor porque tengo tantas preguntas todavía".

Tomado del Instagram de Ignacio

Silvia Coto

Silvia Coto

Periodista de sucesos y judiciales. Bachiller en Ciencias de la Comunicación Colectiva con énfasis en Periodismo. Labora en Grupo Nación desde el 2010.

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