Rolando Araya tiene 11 años de ser bombero permanente y este domingo fue su primer día del Padre, por lo cual, decidió celebrarlo de una manera muy distinta.
En vez de empezar la especial fecha con su pequeño Alejandro, de 11 meses, se fue con un grupo de compañeros de la estación de servicio de Pavas a repartir desayunos a los indigentes de Chepe.
Desde las 6 a.m., Rolando y ocho bomberos más, empezaron a buscar a quienes viven en la calle para que, independientemente de que fueran padres o no, iniciaran este domingazo tan especial con el estómago lleno.
"Hace días nos pusimos de acuerdo en llevarles comida a los indigentes como una forma de devolver un poco de lo que Dios nos da y pensamos en el Día del Padre porque hay muchos hombres que viven en la calle y quizá tienen años de no pasar un día así con sus hijos. Entre todos en la estación juntamos el dinero y mandamos a hacer los pintos", dijo Araya.
Corazón contento
En total repartieron casi 50 pintos con huevo, cafecito y hasta fresco y anduvieron buscándo a sus "clientes" en los chunchones de bomberos desde Pavas hasta el Mercado Central de San José.
Rolando comentó que nunca olvidará la cara de agradecimiento de aquellos hombres a los que le tocó despertar entre cajas de cartón.
"Es muy gratificante escuchar las bendiciones que nos daban, a uno le llegan al corazón esas palabras. Verlos con las ganas que tenían de comer. Hubo uno que nos contó que tenía dos días de no comer y otro pidió repetir el fresco porque dice que ya ni se acordaba hace cuánto no se tomaba uno", contó el bombero.
Esta es la primera ocasión en que los bomberos de Pavas tienen este tipo de iniciativa y quedaron con el corazón tan lleno que aseguraron volverlo hacer encantados del gusto.