Jeremy Obando Gómez estaba ilusionado porque el próximo 21 de diciembre se casaría con su novia, Kathy Cernas Caruzo.
Ellos se conocían desde hacía 10 años; sin embargo apenas tenían un año de ser novios y muchos planes, como terminar sus estudios y sacar adelante los hijos que tenían de otras relaciones.
Mumu, como le decían de cariño, murió ahogado el sábado 9 de octubre, a las 12:40 p.m., frente al Paseo de los Turistas en Puntarenas.
Él salvó a su hijo y a dos hijos de Kathy, así como a ella, quienes se estaban ahogando.
La pareja había planeado casarse en la iglesia Asamblea de Dios, la misma donde lo velaron, luego lo sepultaron en el cementerio de Puntarenas.
“Él hasta había hablado con los pastores, hasta una charla nos iban a dar para el paso que íbamos a dar.
“Teníamos muchos proyectos, incluso decidimos estudiar y cursábamos el sétimo año en el Liceo nocturno José Martí, nos llevábamos muy bien. Mi hijo menor lo veía como la figura del papá, ahora hemos perdido una gran parte de nuestras vidas”, expresó Kathy.
El amor que se profesaban hasta lo tenían marcado en sus cuerpos, porque ella lleva un tatuaje de Jeremy en el hombro izquierdo, mientras que él llevaba el nombre de su novia en la mano.
Con el fallecimiento de Jeremy el hogar se separó porque Kathy entró en depresión y los hijos se fueron a vivir con unos tíos.
“Mis hijos están mal, ellos al igual que yo ocupamos un sicólogo, mi hija de diez años sigue contando con que mi novio está vivo, según ella, le guarda cosas, por ejemplo. También mi hijo de siete años lo extraña, decía que su papá era Mumu, Jeremy era muy cariñoso, él amaba mucho a mis hijos, como si fueran de él.
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“Mi hijo mayor de trece años es él que ha estado más fuerte, cuando Jeremy murió, yo me puse muy mal, estaba muy desubicada, él llamó a un tío por parte del papá y él se los llevó, mientras yo trataba de ser fuerte para afrontar lo que nos pasaba”, dijo Kathy.
Si usted desea ayudar a la familia con atención sicológica, los puede contactar el 64293626
Tuvo un presentimiento
El día de la tragedia Jeremy había cambiado su horario para compartir con la familia unas horas; sin embargo, ya en la playa él estaba como incómodo.
“A él le encantaba la playa, era quien buscaba que siempre fuéramos, a mí casi no me gusta, porque no sé nadar, pero yo lo acompañaba, incluso, el hijo de él estaba con nosotros en casa y Jeremy quería que la pasáramos juntos.
“Ese día le tocaba trabajar a las seis de la mañana, pero había cambiado para entrar a las dos de la tarde, también porque un hijo de él estaba en la casa y quería que compartiéramos, pero cuando llegamos a la playa me dijo que se sentía mal, que había mucho sol, que quería irse.
“Entonces le dije que nos fuéramos, pero me dijo, ‘voy a ir a echarme agua y nos vamos’, yo me quedé en la arena y él me volvió a ver para que entráramos juntos”, recordó.
Segundos después, ocurrió la desgracia porque los niños estaban a un lado y la corriente los comenzó a jalar, Jeremy al ver lo que pasaba fue auxiliarlos.
“Él los comenzó a empujar y les decía ‘naden, naden’, mi hija me consumía y no había forma de salir, Jeremy nos salvó a todos, incluso un muchacho entró a auxiliarnos y yo le dije que ayudara a Jeremy, yo lo veía cansado, luego él me dijo que cuando se le acercó solo le preguntó ‘¿ya tienes a mi hijo?, y al ver que ya lo tenía, cayó con la cabeza hacia adentro del agua’”, recordó Kathy.
A Jeremy lo sepultaron en el cementerio de Puntarenas.