Don Álvaro Gómez Delgado, papá de la niña de cuatro añitos que murió luego de recibir un balazo cuando sus hermanastros manipulaban un arma, aseguró que desde hacía mucho tiempo ya no tenía paz por la convivencia en la casa que compartía con los jóvenes en Puriris de Turrubares.
Para él, todo el mundo quisiera entender lo que ocurría en esa familia, sin embargo, asegura que la situación era más dura de lo que nadie podría imaginar.
Gómez vivía con la mamá de su hija, los cinco hijos de la mujer, entre ellos los dos sospechosos y la pequeña, quien fue la que falleció la mañana del martes.
“Yo le pedía a Dios todos los días y le decía: ‘yo quiero irme de esta casa, yo no puedo vivir con esta gente que se droga’. Mi chiquita los veía fumando marihuana y la misma mamá los tapaba, yo hablaba con ella, con la mamá de la niña mía y nunca hizo caso”, dijo Gómez.
El señor tenía miedo de irse y que algo malo pasara, y ahora tiene sentimientos encontrados por no haber podido actuar y evitar la tragedia que le destrozó la vida.
“Yo estaba protegiendo a mi chiquita, ya me habían dicho ‘váyase de esa casa, antes de que se meta en un problema’, mejor me hubieran pegado el balazo a mí y no a la chiquita porque yo ya tengo 56 años”, dijo el papá.
Aseguró que “Lo único que me detenía en esa casa era mi chiquita”.
Don Álvaro estaba en la casa cuando se dio la situación y asegura que solo escuchó el balazo... Su hija le acababa de decir “papito me voy a bañar” y en eso vio a uno de sus hijastros con el arma, y luego lo escuchó gritar llamando a su mamá.
Los jóvenes no tenían permiso de portación de armas y tampoco se sabe de dónde provenía el revólver calibre 38 que fue decomisado por la Policía.
Los hermanos, de apellido Castro y Sandí, eran conocidos por las autoridades.
“Yo voy a seguir con ese proceso legal, yo no quiero ver a ese muchacho (al muchacho que aparentemente disparó)”, concluyó el papá.
La niña murió la mañana del martes 6 de setiembre cuando estaba en su casa y sus hermanos aparentemente discutían y manipulaban un arma que se detonó. Una bala impactó a la pequeña en la parte trasera de la cabeza.
Los dos hermanos mayores la subieron en una moto para buscar atención médica, avanzaron 15 kilómetros y al verla malita se detuvieron en una casa en Barbacoas de Piedades de Puriscal, ahí la metieron en el corredor de la casa, y una enfermera y varios vecinos les ayudaron.
Una ambulancia de la Cruz Roja llegó a ese sitio pero ya la niña estaba fallecida