Luego de más de 8 años el caso por la muerte de James Vega Retana, de 18 años, finalmente llegó a su fin con la condena del policía que le disparó por la espalda; sin embargo, para la familia del joven este castigo se queda muy corto.
Este lunes el Ministerio Público dio a conocer que el Tribunal Penal de Pococí condenó a 14 años de prisión al oficial de apellidos Umaña González, por el homicidio ocurrido la noche del sábado 20 de marzo del 2010, en Casas Verdes de Cariari.
La Fiscalía explicó que ese día Vega intentó huir en su moto de un retén policial en el que participaba Umaña, quien en ese momento sacó su arma y le pegó un balazo por la espalda que terminó siendo fatal.
Muchos pensarían que finalmente se hizo justicia en el caso de este joven, pero para su papá, don Gilbert Vega Elizondo, no es así, pues considera que la condena fue mínima, además, asegura que otros responsables lograron salir con las manos limpias.
“Lo que tengo es un sentimiento de impotencia, es lo mismo que dice el dicho viejo: tigre suelto contra burro amarrado, así fue esta situación, porque todo eso fue un montaje de los policías”, dijo el dolido padre.
Faltaron culpables
Don Gilbert dijo que en esa condena hicieron falta otros oficiales que para él también son culpables por la muerte de su hijo, pues asegura que ellos estaban ceñidos con él y buscaban cualquier excusa para perseguirlo.
“Aunque los jueces se dieron cuenta que era algo tan ilegal y que (los policías) mintieron tanto solo se condenó a uno, eran cuatro los que estaban investigando, el oficial que estaba guardia en la delegación y otros tres que se fueron a 500 metros a emboscarlo cerca de un pequeño río”, contó.
El padre dijo no entender porque no se continuó con el proceso contra los otros oficiales, pues el asegura que varios testigos dieron fe que los uniformados andaban detrás del joven desde que este fue detenido sin licencia, 15 días antes del fatal hecho.
La condena en contra de Umaña tampoco alegró a don Gilbert, pues dijo que esperaba un castigo mucho más fuerte por lo que hizo, y en su lugar terminaron dándole, lo que considera, un “premio”.
“Lógicamente teníamos la fe y la esperanza de que se hiciera justicia, como se lo dije a los jueces en una ocasión, yo sé que Dios va a hacer justicia, pero ahora les toca a ustedes, pero fue muy poca. De la condena que estábamos pidiendo de 35 años le dieron un gran premio de 14 años, seguramente porque es policía”, dijo el papá de la víctima.
Familia quebrada
Como si el dolor de perder a su hijo no fuera suficiente, don Gilbert también tuvo que ver como su matrimonio se terminaba, producto de la tristeza que se vivía en su casa, en Cuatro Esquinas de Cariari, ante la partida de James.
“A los ocho meses de la muerte mi muchacho mi esposa abandonó el hogar, no aguantó más ver el cuarto de él vacío, no podía ver si quiera una foto de él, al no irme de la casa ella se fue, por tanto sufrimiento. Yo al final también me terminé yendo de esa casa como al año”, contó.
Aunque a nivel legal el caso por la muerte de James habría llegado a su fin para don Gilbert esto nunca acabará, pues nadie le devolverá a su hijo y ahora también siente que la justicia que espero por tanto tiempo le terminó fallando.
James era predicador de un grupo evangélico de una iglesia cercana a su casa, además soñaba con casarse y formar una familia.