Jafet Ortiz Condega, de 21 años, fue asesinado hace año y medio para robarle un celular. Su papá, don Esaú Ortiz, no solo vive con el dolor de no tenerlo más, sino con la indignación de que hasta la fecha no hay ninguna persona detenida por el homicidio.
Don Esaú aseguró que para él su hijo lo era todo, y no hay día que no lo extrañe y lo piense. Por eso, estas fechas de unión familiar que se aproximan, son muy duras, pues desde que él era pequeño se acompañaban en todo momento.
“Con el asesinato de mi hijo a mí se me fue mi vida, porque ese muchacho era todo para mí; él era un buen hijo, el mejor. Desde chiquitito estaba conmigo y por eso para mí es tan dura su ausencia, hay días que son muy duros”, dijo el papá.
Jafet fue asesinado el 21 de agosto del 2023 cuando salía de su trabajo en una finca bananera en Santa Marta de Batán, Limón. Ese mismo sitio, donde mataron al joven, fue escenario de otro crimen en el que le arrebataron la vida a Bryan Bado Carmona, de 19 años, y a Jean Carlo Calero, de 42 años. Esto ocurrió el 11 de junio pasado mientras también trabajaban.
A Jafet le quitaron su celular y él, aparentemente, le quitó el pasamontañas a uno de los sospechosos, lo cual provocó que el maleante le disparara.
“El expediente del caso de mi hijo ya lleva meses metido en el cajón de una oficina, ya no hicieron más porque no lograron dar con el sospechoso que me le quitó la vida, aunque había una testigo, pero recibió amenazas y ya no se hizo nada más. El OIJ aquí tiene demasiados casos en investigación, otros más recientes que los de mi hijo sí se han resuelto”, dijo el papá.
Don Esaú confiesa que hay días en los que siente mucho enojo y frustración.
“Me lo mataron peor que cuando es un caso de ajuste de cuentas; no hay respuestas para mí. Fui al OIJ y no me quieren devolver el celular de mi hijo, pues me dicen que no se puede. He pensado en buscar un abogado para que me asesore, yo no quiero plata, lo que quiero es justicia, ya no podemos permitir en este país que sigan ocurriendo las cosas que están pasando, hay que poner un alto”, dijo.
Asegura que su hijo se ganó el cariño de todas las personas que lo conocieron y, claro, por eso él pide a quien sepa algo que lo informe a las autoridades, porque él no se resigna a vivir sabiendo que la persona que le arrebató lo que él más quería anda por la libre.
“Yo sigo llorando y sintiendo a mi hijo, ese muchacho para mí era mi mejor amigo, le enseñé todas las cosas buenas que pude para que él fuera un muchacho de bien, y él era así, ayudaba a cualquier persona que podía. Me daba mucha alegría, me hace mucha falta tener la casa llena porque aquí siempre venían todos sus amigos a jugar videojuegos con él y yo, con tal de verlo feliz, me ponía a cocinarles y luego mi hijo los ponía a lavar los platos”, recordó.
Don Esaú le había comprado una moto a Jafet y pronto iba a ir a la universidad; primero, había decidido estudiar para profesor de educación física y esto le ayudaría a cumplir su gran sueño de ser ingeniero industrial. Entre los dos se estaban apoyando para cumplir ese anhelo de verlo hecho un profesional.
“Me arrebataron todo, a mi hijo, los planes y las ilusiones que teníamos juntos; él me decía papi cuando me gradúe, lo voy a llevar a un hotel de esos todo incluido para que usted coma de todas esas cosas que le gustan. Me mataron todos los sueños”, dijo el papá.
El OIJ detuvo a una persona cuando se dio el caso, pero luego la Fiscalía lo dejó en libertad porque, según indicaron a La Teja, se descartó que tuviera participación en el homicidio.
Este medio consultó nuevamente al OIJ cómo se encuentra el caso; sin embargo, al cierre de esta nota no respondieron, solo indicaron que lo harían en el momento quen tuvieran respuesta por parte de los investigadores del caso.