Johnny Fernández asegura que la balacera que ocurrió el miércoles por la mañana en el centro de San José fue el resultado de un abuso de autoridad.
Él es el papá de Luis Diego Fernández Valverde, de 31 años, quien murió dentro de un carro Mercedes Benz. Además, es la persona a quien segundos antes de los balazos sacaron de ese vehículo.
Fernández, de 80 años y empresario radiofónico, habló con La Teja este jueves sobre lo que ocurrió el miércoles antes del mediodía en las cercanías de la iglesia La Merced. Dijo que este viernes será el funeral de su hijo y que la próxima semana denunciaría la forma de proceder de las autoridades.
“Ahí lo que hubo fue brutalidad policial, abuso de autoridad”, afirmó.
Reconoce que sí fue él quien le hizo señas a un policía con la mano para que se acercara al carro.
“Ellos estaban hablando por celular, le dije con la mano: ‘Venga’, y le señalé a mi hijo, ahí empezó el problema.
“Estos policías dicen que mi hijo me estaba secuestrando, pero yo fui quien paré para decirle a uno de ellos: ‘Mirá, ¿puedes intervenir aquí?, porque tengo una discusión con mi hijo y parece que no concordamos’. Entonces vieron en el centro de mi automóvil el arma que portaba en mi carro por defensa personal”, añadió.
Detalló que ellos regresaban de la parada de buses de San Carlos porque habían ido a dejar a ese sitio a la novia de Luis Diego.
Según Fernández, luego de dejarla, su hijo no se sintió bien y dentro del carro tuvieron el malentendido; sin embargo, el padre asegura que en ningún momento él lo amenazó. Incluso dice que ni siquiera había tocado el arma de fuego.
“Jamás estaba siendo amenazado, él era el tipo más cariñoso conmigo y nos llevábamos de maravilla, era mi compañero de todo; simplemente porque la novia se había ido, él venía un poquito golpeado.
“Yo le decía: ‘Tranquilo, ella vuelve, Diego’, pero él decía: ‘No, no, no, yo me siento mal, no sé, no estoy bien’. Le dije: ‘Cálmate hijo, cálmate. Dijo: ‘Que no me digas que me calme’, entonces yo dije: ‘No, no, esto no me gusta’, paré y le pregunté a un policía que si tenían una psicóloga o algo ahí y me dijo que sí, de una vez llegaron, abrieron la puerta y me hicieron sacado del cuello y me tiraron al suelo y le dispararon a Diego”, afirma.
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Nos contó que el arma de fuego era una beretta 32 e insistió en que la mantuvieron en un compartimento en el centro del carro, además el papá alega que está debidamente registrada y que tiene los debidos permisos.
“Nunca sacó el arma, él nunca agarraba un arma sin permiso mío. Nunca la sacó porque yo estaba ahí a la par y yo le pude haber puesto la mano encima y no lo dejo sacar el arma.
“Inmediatamente le dispararon y después cayeron cincuenta mil policías y despedazaron mi carro a balazos, todo, totalmente. A mí me hicieron arrastrado, me pusieron un pie en el cuello como media hora y yo no podía ni respirar, y yo tengo seis infartos y estos (ofende a los uniformados y de inmediato pide disculpas por la palabra) no me atendieron, hasta la Policía Municipal, no había necesidad de tanto disparo cuando ya lo habían matado, siguieron disparando y disparando y mi hijo ya estaba muerto”, dijo.
Aseguró que mientras lo tenían en el suelo, él preguntó por la salud de su hijo, pero que no le decían nada. A Fernández padre lo llevaron luego al hospital Calderón Guardia y fue ahí donde un oficial le dijo que Luis Diego estaba muerto.
“Es un abuso tremendo de autoridad, a los policías simplemente les dan un uniforme y un arma y se creen Rambo, esto hay que pararlo, no seamos serviles”, mencionó.
Agregó que cuando el hijo se fue con el carro no sabe si él disparó, porque ya no estaba dentro del vehículo.
“Estos desgraciados manejan al departamento de balística y van a decir que las esquirlas son del arma mía, cuando dispararon cincuenta mil balazos y destrozaron el carro, ahora posiblemente van a decir que fueron de mi arma y aquí no hay un ente por encima de ese departamento que pueda analizar las cosas en un laboratorio competente y vea lo que es un 9 milímetros, una 32, una 45, una 22, una 38, ahora buscan ocultar los errores que vienen haciendo”, consideró.
Sin problemas
Padre e hijo vivían en Curridabat a 500 metros uno del otro.
El miércoles pretendían pasar a desayunar a algún lado y luego irse para la casa.
“No nos separábamos, siempre día y noche, desayunábamos juntos, salíamos. En la mañana lo llamaba a las siete y le decía: ‘Alístese y vaya a trabajar’, porque trabajaba en un call center, nunca teníamos discusiones, era el tipo más cariñoso conmigo que ha existido en la vida”, comentó
El papá desmiente publicaciones que circularon en Facebook sobre pleitos entre ellos y más que fueran por plata.
“Cuando a él le hacía falta dinero yo le daba, todos los días prácticamente le decía: ‘Tomá, para que no andés sin un cinco en la bolsa’, yo le pagaba el apartamento para que tuviera su dinero”.
Carro en la casa
El carro Mercedes Benz, Fernández lo tenía en California, Estados Unidos, para usarlo cuando iba a aquel país; esta semana lo había traído a Costa Rica. Lo que explica la placa extranjera
“Decidí traerlo, lo acaba de sacar, anteayer, y me lo despedazó la Policía. Si ya lo habían matado, ¿por qué dispararon al motor, a las luces, a los faroles, las ventanas, al techo, a los costados, la as cuatro llantas? Es un abuso tremendo.
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“Logré traerlo para mi casa, lo que quedó, no quería que se lo llevaran para un lote y llevara agua, vieran que los papeles estaban en orden, soy residente de Estados Unidos y tenía el derecho de tener el carro tres meses”, detalló.
Asegura que la familia por parte de la mamá de su hijo se encargó de todo lo del funeral y él irá aunque le duela mucho.
Mantienen versión
Por su parte, la Policía Judicial mantiene la misma versión preliminar que dio la tarde del miércoles.
“La información preliminar es que él (Fernández Valverde) estaba discutiendo con otro hombre en el vehículo y oficiales de la Policía Administrativa, al parecer, logran sacar a ese hombre (su padre) del vehículo y es cuando, aparentemente, se da una discusión entre el ahora fallecido y los oficiales y se da el intercambio de disparos”.
Deytel Beita, jefe de operaciones de la Policía Municipal de San José, explicó este miércoles que los uniformados se enteraron de lo que ocurrió debido a que el padre del ahora fallecido gritaba pidiendo auxilio, pues decía que su hijo le había quitado un arma y amenazaba con matarlo y luego quitarse la vida.
Los oficiales trataron de negociar con el joven, pero según Beita, este no accedió, por lo que en un descuido de este un uniformado sacó a su padre del carro y segundos después de esto fue que ocurrió la balacera.