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En medio de lágrimas, Óscar Morera, Alina Ulloa y Mariana Morera, hija de ambos, se fundieron en un abrazo al conocer la condena de 35 años de cárcel dictada contra Randall Garita Oviedo por el homicidio de Eva Morera, ocurrido el 1 de noviembre del 2019 en Barva de Heredia.
“Hoy cerramos una etapa dolorosa, pero también salimos iluminados y contentos porque creemos que de alguna manera el sacrificio de la vida de Eva no fue en vano y esperamos que ese amor y empatía que Eva generó en el país sirva para hacer cambios.
“Con una pena superior a los treinta años íbamos a estar tranquilos. Esto no nos devuelve a Eva, pero es importante el precedente legal que sienta para proteger a las mujeres”, dijo don Óscar, el papá de Eva.
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La sentencia contra Garita, de 26 años, fue dictada la mañana de este martes por las juezas del Tribunal Penal de Heredia, quienes lo encontraron culpable de los delitos de homicidio calificado, desobediencia a la autoridad y portación ilegal de arma permitida.
La jueza Laura Chinchilla explicó que las penas por estos tres delitos sumaban 39 años, pero por haber ocurrido todos en un mismo momento se readecuó la condena a 35 años.
El tribunal llegó a la certeza de que Garita asesinó a Eva gracias a las pruebas presentadas durante el debate, pero sobre todo por los testimonios de Alina Ulloa y de su hija Mariana, quienes también fueron víctimas de las agresiones del ahora condenado.
Sabía lo que hacía
Durante el juicio, Garita dijo que le disparó a Eva por el enojo que le causó una discusión que tuvieron y que no estaba consciente de lo que hacía en ese momento, pero ninguna de las juezas le creyó.
“Los homicidios por estado de emoción violenta no solo requieren el enojo o la pérdida del control de la persona imputada, la misma normativa (la ley) exige que la circunstancia que detona esa emoción violenta sea excusable desde el punto de vista de las reglas básicas de la psicología y de la sana crítica racional”, dijo la jueza Katherine Chaves.
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El tribunal señaló que Garita cometió el crimen con alevosía (traición), procurando que Eva estuviera indefensa para así actuar sobre seguro.
“La posición del cuerpo de Eva, de los elementos balísticos (balas) así como el entorno donde ocurrió el hecho permiten determinar que, efectivamente, (Garita) le estaba impidiendo la salida (a Eva) y que le provocó un disparo a una distancia de prácticamente un metro”, añadió Chaves.
No le aguantó nada
La jueza Maureen Sancho dijo que el tribunal llegó a la conclusión de que Garita acabó con la vida de Eva por el hecho de ser mujer, pues sentía que eso le daba el derecho de hacer con ella lo que quisiera.
“Se sintió en el derecho, por ser hombre, de humillarla, escupirla, golpearla, ofenderla y de violentarla sexualmente. Todas estas acciones realizadas durante seis años alcanzaron su cúspide al arrebatarle la vida, por que se sintió en el derecho de hacerlo”, añadió.
Las palabras de la jueza no le cayeron nada bien a Garita, quien empezó a hacer malas caras y gestos con las manos.
“Usted deje de hacer gestos, porque estamos en una sala de juicios, en un acto formal y lo que usted opine lo puede conversar con su abogado”, le dijo Sancho a ver lo que pasaba.
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Garita le respondió: “usted solo está hablando mentiras (...) si quiere me voy” y no había terminado de hablar cuando la jueza les pidió a los agentes del OIJ que lo sacaran de la sala.
Después de ese episodio, Sancho explicó que el tribunal decidió darle la pena máxima por el delito de homicidio calificado al considerar el daño que Garita le causó a los padres y a la hermana de Eva, quienes perdieron a una persona esencial en sus vidas.
Regaño a instituciones
La jueza Sancho también aprovechó para pegarles un jalón de orejas a varias instituciones que tuvieron conocimiento de las agresiones que Eva y su familia sufrieron durante 6 años y no hicieron nada.
Mencionó al Patronato Nacional de la Infancia, al Ministerio Público, al Ministerio de Seguridad Pública, al Ministerio de Educación Pública, a la Municipalidad de Barva y al Instituto Nacional de las Mujeres.
“Estas instituciones a las que recurrió doña Alina no le brindaron una respuesta satisfactoria, algunas eludieron la responsabilidad diciendo que Eva ya era una persona mayor de quince años; otras simplemente la escucharon y la atendieron, pero no sirvieron como el soporte que ella necesitaba”, afirmó.
Además hizo un llamado para que estas instituciones busquen cómo estar capacitadas para atender casos como el de Eva y que no simplemente se pasen la pelota una a la otra.
