Don Jenaro Mata, papá de la ciclista Lucía Mata, aseguró la tarde de este viernes que se siente triste pero a la vez tranquilo después de que el Tribunal del II Circuito Judicial de San José dejara en libertad con tobillera electrónica al hombre sentenciado a siete años de cárcel por atropellar y matar a su hija y a tres amigos de ella, también ciclistas.
“Yo sigo, pese a todo, confiando en las resoluciones de los jueces, pero pase lo que pase que ese hombre nunca vuelva a manejar. Si al final lo van a dejar libre pido que por favor lo inhabiliten para que maneje. Nadie sabe el dolor que hemos vivido por la muerte de Lucía. Tengo pegado en mis recuerdos que ella se me murió en los brazos, yo no quiero que nadie pase ni viva esto que mi esposa y yo estamos pasando. Que (a Mora) lo dejen sin licencia”, dijo.
Don Jenaro nos contó que él estuvo durante la mañana de este viernes en la audiencia porque el abogado del sentenciado Daniel Alberto Mora Monge apeló las medidas después de que el Tribunal de Apelación del Segundo Circuito Judicial de San José pidiera que un nuevo tribunal revise la condena y se determine si es la adecuada o si debe bajar o subir.
El delito por el que fue condenado Mora es homicidio culposo.
El papá de Lucía no se pudo quedar este viernes hasta la resolución porque, según comentó, como ya está mayorcito (83 años) no quería que lo agarrara la lluvia. La noticia (de que Mora quedará libre, pero con tobilera) se la dio su abogado, Manuel Campos, por teléfono.
La mamá de Lucía, doña Clara Durán, tampoco quiere que Mora vuelva a tocar un carro.
El abogado Campos explicó que los jueces José María Arguedas y Alexánder Salazar estuvieron de acuerdo con que Mora use la tobillera, pero el juez José Pablo Alvarado no. Para Alvarado, Mora debía seguir en prisión, sin embargo, la mayoría de votos le permiten el beneficio.
“Nosotros somos respetuosos de la decisión del tribunal aunque no la compartimos. No hubo ningún mérito para que esto ocurriera, ya yo había preparado a los papás de Lucía por si esto pasaba, ellos están muy desilusionados, pero siguen confiando en los tribunales”, dijo Campos.
Mora va usar la tobillera mientras mantenga domicilio y trabajo fijos. Ese trabajo será en Tibás, en la misma empresa donde trabajaba, tuvo que entregar su pasaporte y debe firmar cada 15 días.
Como es común con el uso de la tobillera, Mora deberá notificar por correo electrónico al centro de monitoreo de cualquier movimiento que haga que no sea de su casa al trabajo o de su casa a los tribunales.
“No hay posibilidad de apelar esta resolución, nosotros habíamos pedido ocho años y le dictaron siete. Ahora vamos a tener que esperar cuál es la nueva pena. Sabemos que esa resolución es más rápida cuando se está en prisión preventiva que cuando la persona está libre, pero igual vamos a esperar y confiar”, dijo Campos.
Campos explicó que Mora no tiene ninguna restricción para conducir porque aunque en el juicio se pidió que lo inhabilitaran, los jueces no quisieron hacerlo.
“Sabemos que no volvió a conducir, la Fiscalía en la revisión de la pena ha pedido que le quiten la licencia pero serán los jueces quienes lo decidan”, dijo Campos.
José Pablo Badilla, abogado de Mora, aseguró que al no estar la condena en firme no era necesario que su cliente estuviera en prisión preventiva y por eso apeló la medida.
“Yo tengo esperanza de que nunca más toque un carro, yo no olvido los golpes que tenía mi hija”, dijo don Jenaro.
Mora manejaba un Ford Mustang 2015 la madrugada del 29 de enero del 2017, cuando atropelló a los ciclistas Mario Enrique Retana Pérez, de 49 años; Lenin Manrique Ortiz Quesada, de 46 años y Pablo Enrique Alcócer Alcócer, de 54.
Ellos murieron en las cercanías del Walmart de Curridabat, Lucía sobrevivió, pero grave, fue llevada al Hospital Calderón Guardia, donde murió el 21 de marzo.
Mora se dio a la fuga y fue detenido horas después en su casa, en Curridabat.
Los familiares de las otras víctimas decidieron conciliar con Mora, solo la familia de Lucía quiso ir a juicio. El 26 de febrero lo condenaron a 7 años de prisión y a pagarles a los padres de Lucía ¢117 millones; sin embargo, ahora las partes deben esperar la nueva pena.
Mora dejó el Centro de Atención Institucional (CAI) San José, en San Sebastián, donde descontaba prisión preventiva.