Un papá, si se le puede llamar así, fue condenado a 100 años de prisión después de que los jueces lo encontraron culpable de haber violado a su propia hija.
El hombre, de apellido Vargas, fue sentenciado por lamentable caso que ocurrió desde el 2007 y se repitió por años en La Fortuna de San Carlos, desde que la niña tenía cuatro añitos, ahora tiene 14.
El silencio se rompió hasta que la menor se presentó a denunciar ante la Fiscalía Auxiliar de la Fortuna. De inmediato el juzgado ordenó la detención del enfermazo, al cual le dictaron prisión preventiva.
Tras la conclusión del debate en el Tribunal de juicio de Cuidad Quesada, los jueces condenaron a Vargas a 100 años de cárcel, la sentencia se impuso de la siguiente manera, 5 violaciones con penas de 15 años cada una y cinco abusos sexuales, cada uno con pena de cinco años.
El fiscal en el juicio fue Randall Miranda, quién solicitó al tribunal el siglo de condena.
Miranda se mostró satisfecho con el fallo y con el trabajo hecho por la fiscalía.
Una fuente judicial explicó que Vargas se aprovechaba cuando quedaba solo en casa con su hija para cometer los abusos. La jovencita declaró en privado.
Tras el fallo, los jueces le recriminaron fuertemente a Vargas el hecho de haber abusado de su propia hija, ante lo cual el acusado ni se inmutó.
Vargas fue recluido en el CAI Nelson Mandela, en La Marina San Carlos, donde deberá cumplir la condena.
Según las leyes costarricenses la pena máxima en el país es de 50 años y el año carcelario es de aproximadamente 10 meses, por lo que al final Vargas estaría unos 33 años en prisión.