Aunque iba más envuelto que un tamal, para que no le vieran sus tatuajes un sujeto perteneciente a la mara Salvatrucha se quedó con las ganas de conocer Tiquicia, pues las autoridades lo obligaron a devolverse por donde venía.
Se trata de un salvadoreño de apellidos Parada López, quien fue abordado por la Policía Profesional de Migración este lunes, cuando intentaba cruzar la frontera por Peñas Blancas.
Al ver la actitud sospechosa del hombre los polis no dudaron en revisar su identidad en el sistema y se dieron cuenta de que existía una alerta que lo señalaba como un miembro de la mara Salvatrucha.
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Cuando el bicho se quitó la camisa, los polis terminaron de confirmar que era un pandillero, pues en la espalda llevaba los típicos tatuajes que usan estos maleantes para rajar sobre su pertenencias a la banda.
“No podemos permitir el ingreso de personas relacionadas con grupos delictivos. Por eso es que damos la lucha para no permitir que se queden aquí y, si hay que sacarlos cuantas veces sea posible, se hará, con el fin de fortalecer la seguridad ciudadana” señaló Elías Quesada, director interino de la Policía Profesional de Migración.
Además de impedirle el ingreso a Tiquicia, el salvadoreño fue devuelto de un solo a Nicaragua, según lo establecido en el artículo 44 de la Ley General de Migración y Extranjería.
El pasado 8 de mayo la Fuerza Pública también detuvo a otro marero, de apellidos Ferman Umanzor, mientras se paseaba como si nada en El Malecón, en Quepos, Puntarenas.