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“Cuando las barbas de tu vecino veas afeitar, pon las tuyas a remojar”. Supongo que el pastor y exdiputado de Renovación Costarricense, Abelino Esquivel Quesada (2014-2018), está aplicando ese antigua enseñanza a raíz de la sentencia, de 9 años de cárcel, que recibió su hermana Wray por el Tribunal Penal de Hacienda.
Ella era jefa de despacho de Abelino en la Asamblea Legislativa.
El religioso de 56 años, quien fue Director de la Iglesia de Dios Evangelio Completo y quien obtuvo el Premio a la Excelencia como consejero, está involucrado en el mismo proceso judicial junto a su esposa de apellidos Cortés Oporto.
La pareja no ha ido a juicio al posponerse debido a una orden sanitaria de diciembre pasado debido al covid-19.
Según la fiscalía, Wray Esquivel “formó parte de un plan mediante el cual se cobró parte de su salario a tres funcionarios del despacho. Este cobro irregular (para dos de ellos) se habría dado bajo la justificación de que compensaría una disminución en el salario de Cortés Oporto, quien fue trasladada a un puesto de menor remuneración; mientras que al tercero de los ofendidos se le indicó que se trataría de una contribución al despacho”.
El ilegítimo “diezmo” ascendió a ₡10, 7 millones. Mensualmente a los tres asesores los desangraban, en conjunto, con ¢575 mil.
“Todos los abusos deben ser castigados. No es que me sienta satisfecha, porque uno nunca le desearía la cárcel a nadie, pero las cosas positivas o negativas que usted haga van a tener consecuencias en algún momento”, reflexionó la asesora legislativa Joselyn Rodríguez, quien tenía que dar ¢125 mil mensuales.
