Sucesos

¡No es cuento, sí pasó! Sillas voladoras se soltaron con niños montados

Once menores resultaron heridos luego de que las sillas se despegaron de la máquina y los mandaron a volar

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En abril de 1997 once menores de edad resultaron heridos por una falle en el juego mecánico de las sillas voladoras, esto durante un turno en San Miguel de Santo Domingo de Heredia. Foto Archivo.
El alegre turno se convirtió en una escena de terror. Foto Archivo.

La ilusión que Bryan Better Arguedas sintió a sus 7 años por dar una vuelta gratis en una sillas voladoras terminó por convertirse en una pesadilla que por poco le cuesta la vida y que jamás podrá olvidar.

Better sobrevivió a tres paros cardíacos que sufrió a consecuencia de los golpes que recibió luego de salir expulsado de la silla y caer a más de 20 metros de distancia.

“Yo les cuento a mis amigos y ninguno me cree, me preguntan que cómo fue que tuve tres paros, entonces les cuento la historia y ahí es cuando me dicen que de verdad es un milagro que lo esté contando”, dijo Bryan, quien actualmente tiene 30 años.

Bryan no fue el único herido en esa pesadilla en el que las sillas literalmente salieron volando, diez pequeños más, entre ellos su hermano Heiner, también resultaron golpeados.

En abril de 1997 once menores de edad resultaron heridos por una falle en el juego mecánico de las sillas voladoras, esto durante un turno en San Miguel de Santo Domingo de Heredia. Foto Archivo.
Las cadenas de las sillas no estaban en las mejores condiciones. Foto Archivo.

El sorprende hecho ocurrió el sábado 12 de abril de 1997 en la plaza de Castilla, en San Miguel de Santo Domingo de Heredia, precisamente cuando se realizaba uno de los tradicionales turnos.

Una aparente falla en el motor del juego mecánico provocó que este aumentara la velocidad, causando que los niños salieran volando, muchos de ellos con silla y todo.

Desobedientes

Aunque Bryan, Heiner y Marvin fueron quienes resultaron heridos en el accidente, la que más sufrió fue la mamá, doña Yolanda Chacón Arguedas.

Marvin, Bryan y Heiner pasaron muy adoloridos por variosa días. Foto: Albert Marín (Albert Marín)

Doña Yolanda dijo que aún recuerda ese día como si hubiera sido ayer, sobre todo por la sorpresa que se llevó al enterarse de que dos de sus hijos estaban en el turno, cuando ella no les dio permiso de ir.

“Ese día yo andaba con mi hijo mayor, Marvin, en una reunión para las actividades de Semana Santa, a los otros dos, Bryan y Heiner, los dejé donde mi mamá, pero lo que pasó es que los chicos de desobedientes se fueron a jugar a la plaza sin permiso”, recordó.

Una cosa que doña Yolanda dijo que jamás olvidara es el sonido de las sirenas de las ambulancias que pasaron muy cerca del salón donde se encontraba y que hicieron que todos salieran a ver qué estaba ocurriendo.

Marvin ahora trabaja en un call center, Heiner es enfermo y Bryan es mecánico, Foto Jeffrey Zamora (Jeffrey Zamora)

“Recuerdo que llegó Victor Araya, quien era policía aquí en el pueblo, y me dijo que venía a buscarme, le pregunte por qué y me dijo: ‘Es que tengo que decirle algo, pero no se asuste, es que sus hijos y muchos niños sufrieron un accidente en Castilla porque las sillas voladoras se soltaron’. Yo ni esperé a que terminara de decirme y salí corriendo y Marvin detrás mío”, detalló.

Terrible escena

Luego de correr casi por un kilómeto hasta la plaza de Castilla, Chacón se encontró con un escenario espantoso: decenas de adultos y niños que gritaban y lloraban en medio de lo que quedó de las sillas voladoras.

“Marvin subió corriendo un parendocillo que había para buscar a sus hermanos, pero se enredó en las mismas sillas que estaban ahí y se lesionó el hombre, entonces también tuvieron que llevarlo al Hospital de Niños”, recordó.

En abril de 1997 once menores de edad resultaron heridos por una falle en el juego mecánico de las sillas voladoras, esto durante un turno en San Miguel de Santo Domingo de Heredia. Foto Archivo.
Algunos menores se salieron de sus sillas, otros volaron con silla y todo. Foto Archivo.

En el caso de Heiner, quien en ese momento tenía 9 años, la madre contó que él salió volando de la silla y cayó sobre el techo de latas del chinamo de los futbolines, luego se golpeó contra el suelo.

“A Bryan le dieron tres paros, uno en el lugar donde cayó cerca de la calle, otro en la ambulancia y uno más cuando llegó al Hospital Nacional de Niños”, contó la mamá.

Pese a lo aparatoso del accidente Heiner fue dado de alta la madrugada del domingo, mientras que Bryan estuvo internado hasta el miércoles, afortunadamente ninguno sufrió secuelas de gravedad.

“Eso fue una gran imprudencia del señor dueño de esas máquinas, porque era un juego mecánico muy viejo, ese día en la mañana él había llevado las cadenas de las sillas para que las soldaran al taller del frente y después como vio tantos chicos y quería probarlo dijo que una vuelta gratis y se le llenó eso”, aseguró doña Yolanda.

Junto a su mamá Yolanda Chacón, los tres hermanos revivieron varios momentos al ver las fotos en un celular. Foto Jeffrey Zamora (Jeffrey Zamora)

Travesura

Entre risas Heiner y Bryan dijeron que no recordaban de quién fue la idea de escaparse ese día; sin embargo, dijeron que se trataba de travesura muy normal que solían hacer en aquellos tiempos.

“Recuerdo que fuímos a jugar penalitos a la cancha grande y en eso el señor empezó a probar la máquina y lo primero que dijo fue: ‘vuelta gratis, vuelta gratis’, entonces todos salimos corriendo para ver quien agarraba el mejor campo”, contó Heiner.

Heiner dijo que el se sentó solo, mientras que Bryan con un amigo de ellos que se llama Allan. El juego empezó a funcionar con normalidad, pero la velocidad empezó a aumentar al punto que las risas se convirtieron en gritos.

En abril de 1997 once menores de edad resultaron heridos por una falle en el juego mecánico de las sillas voladoras, esto durante un turno en San Miguel de Santo Domingo de Heredia. Foto Archivo.
Todos los heridos fueron llevados al Hospital Nacional de Niños. Foto Archivo.

“Un muchacho se metió a meterle mano (al motor) y lo que hizo fue bloquear la máquina. Yo nada más sentí donde pegué dos veces la rodilla contra un paredón y después me acuerdo que iba volando, pegué la gorra en el techo, se rajó (la gorra), pasé directo y caí en medio de los futbolines”, explicó Heiner.

Better dijo que esos golpes que sufrió le provocaron un desgaste en la rodilla derecha, sin embargo, eso no le ha impedido llevar una vida normal, solo que ya no puede mejenguear tanto como le gustaría.

Intentó tirarse

Una de las cosas que Bryan aún recuerda es que debido a la velocidad que agarraron las sillas la máquina se falseó de un lado, esto debido a que una de las dos tucas que sostenía la base no aguantó los movimiento tan bruscos.

En abril de 1997 once menores de edad resultaron heridos por una falle en el juego mecánico de las sillas voladoras, esto durante un turno en San Miguel de Santo Domingo de Heredia. Foto Archivo.
Heiner recordó que la gorra que llevaba ese día lo salvó de abrirse la cabeza al caer en el techo de latas. Foto Archivo.

“Esa situación hizo que de un lado uno pasara muy cerca del suelo y del otro lado subía altísimo”, añadió.

Bryan recuerda que todos los que estaban subidos en la atracción vivieron momentos de angustia; sin embargo, los más vivos se las ingeniaron para tirarse antes de que muchas de las sillas se despegaran de los brazos metálicos.

“Cuando las sillas pasaban cerca del suelo los más grandes se tiraban y daban vueltas en el zacate, yo me lo pensé como tres vueltas para hacerlo y cuando ya me iba a tirar la cadena se me enredó en el brazo derecho y la silla me pegó la nuca y se me apagaron las luces”, contó.

Pese a los golpes que sufrió por la caída y los tres paros, Bryan dijo que sufrió secuelas de ningún tipo.

En abril de 1997 once menores de edad resultaron heridos por una falle en el juego mecánico de las sillas voladoras, esto durante un turno en San Miguel de Santo Domingo de Heredia. Foto Archivo.
El juego mecánico estaba sostenido solo con unas tucas de madera. Foto Archivo.

“En mi caso, eso me enseñó a valorar más la vida, ya que luego de vivir algo así con tres paros incluidos es un verdadero milagro que aún esté aquí contando el cuento”, mencionó.

Después de vivir una situación tan aterradora como la ocurrida en ese turno cualquiera pensaría que los hermanos Better quedaron curados de subirse a un juego mecánico, pero es todo lo contrario.

Marvin dijo que después del accidente él y sus hermanos siguieron subiéndose a todas las atracciones, incluso de vez en cuando se escapaban para ir a otro turno, pues ellos consideran que simplemente fue un accidente que no tiene porque repetirse.

Adrián Galeano Calvo

Adrián Galeano Calvo

Periodista de Sucesos y Judiciales en el periódico La Teja desde 2017. Cuenta con un bachillerato en Relaciones Públicas de la Universidad Latina y una licenciatura en Comunicación de Mercadeo de la UAM. En el 2022 recibió el premio a periodista del año del periódico La Teja.

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