A su corta edad, Santiago Barrios se convirtió en un ejemplo de valentía ya que desde que tenía un añito (ahora tiene tres) ha tenido que aprender a vivir sin un bracito.
El 26 de julio del 2016 sufrió un accidente de tránsito mientras viajaba en moto con los papás, cerca de su casa en isla Venado, Puntarenas. El pequeño llevó la peor parte y perdió el brazo izquierdo en el lugar.
Su historia acaparó los medios de comunicación durante días, debido a lo delicado que estuvo, sin embargo, el pequeño valiente salió adelante.
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Angélica Salas, mamá del chiquito, dice que por dicha su hijo logró con facilidad adaptarse a vivir sin la extremidad.
“Como él estaba tan pequeño cuando perdió el bracito aprendió a hacer todo sin el, puede comer solo, quitarse la ropa, jugar, hasta ponerse los zapatos siempre y cuando no sean de cordón.
“Santiago tomó su nueva condición muy bien, nunca estuvo triste o deprimido, siempre ha enfrentado la vida con actitud alegre y es muy creativo para resolver las situaciones que se le complican, por ejemplo, cuando necesita agarrar algo y ya tiene la mano ocupada, lo sujeta con la barbilla, o cuando está dibujando y necesita sostener la hoja o la pizarra para que no se le mueva la sostiene con un pie”, contó.
La mamá del pequeño dijo que en la casa rara vez se habla del accidente en el que el pequeño perdió el brazo, sin embargo, fuera de casa Santiago ha tenido que responder preguntas de niños curiosos que le preguntan sobre su condición.
“Los niños tienen una inocencia y una personalidad única, yo me quedé sorprendida un día que un chiquito le preguntó a Santiago ¿dónde estaba el otro brazo? y mi hijo le respondió con una naturalidad increíble que ‘se había ido al cielo’.
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Tuvieron que operarlo
Angélica contó que a finales del año pasado, debido al crecimiento de uno de los huesos, se le hizo una herida en el muñoncito, por lo que el 28 de diciembre tuvieron que operarlo.
“Le cortaron un pedacito de hueso y le moldearon el muñón para corregir el problema. Él reaccionó muy bien a la operación, ni siquiera tuvieron que ponerle medicamentos para el dolor gracias a Dios; ya está muy recuperado y anda jugando por todo lado como siempre”, aseguró la mujer.
Salas comentó que a Santiago le están haciendo estudios para ver si más adelante pueden ponerle una prótesis que le simplifique la vida y eso les da mucha esperanza.
“Estamos muy ilusionados con esa posibilidad, ahora en mayo le van a hacer unos exámenes y esperamos que todo salga bien para que él pueda llevar una vida lo más normal posible”.