Las autoridades judiciales confirmaron que un niño belga falleció el martes anterior en la clínica de La Fortuna de San Carlos, porque se quedó pegado en el jacuzzi de un hotel de la comunidad.
Preliminarmente, el Organismo de Investigación Judicial (OIJ) manejó la versión que el niño había muerto al sufrir una congestión en una piscina; sin embargo, las versiones de los testigos permitieron aclarar el caso.
En apariencia, el menor estaba en una bañera de hidromasaje (conocida como jacuzzi) de al menos un metro de profundidad y se le cayeron unos lentes de natación.
El angelito se agachó para buscarlos y metió la mano en un orificio al que, supuestamente, le faltaba la rejilla.
Supuestamente al menor se le quedó pegada la mano en el desagüe, se consumió para tratar de liberarse, pero quedó inconsciente unos dos minutos después de estar allí.
Cuando los presentes observaron la emergencia, sacaron al niño y una doctora sueca le hizo maniobras de resucitación, pero no hubo respuesta. A él lo llevaron en ambulancia a la clínica, donde lo declararon sin vida a las 4:50 p. m.
Agentes del OIJ realizaron este jueves una revisión en el jacuzzi donde ocurrió el suceso y encontraron indicios de que la rejilla la colocaron después de la desgracia, pues tenía un par de tornillos nuevos.
El cuerpo del niño lo enviarán a Bélgica este viernes.