El mejor regalo de Navidad que tendrán Wilfredo Hernández y su esposa, Eva González, es poder pasar esta bonita fiesta al lado de su hija Dayana, de 6 añitos, quien estuvo seis meses internada debido a un grave accidente que sufrió con la picadora de zacate que usaba su papá.

La pequeñita también está muy entusiasmada por estas fiestas, ya que más allá de pensar en regalitos, ella lo que realmente desea es pasarla junto a sus papitos y sus cuatro hermanitos: tres chiquitos de 1, 3 y 11 años y otra chiquita de 8, por los que preguntaba todos los días que pasó en el Hospital Nacional de Niños.

“El regalo más grande que nos dio Dios es ese, la oportunidad de tenerla una Navidad más junto a todos nosotros”, dijo Eva González.

El doloroso incidente ocurrió la mañana del sábado 6 de febrero, en el Valle de Guatuso, en Alajuela, cuando el pelito de Dayana se enredó en la picadora de zacate que estaba usando su papá. Debido a ese accidente, la chiquita perdió parte de su cuero cabelludo y su orejita derecha.

Eva y su esposo sufrieron mucho los primeros días, ya que por las heridas que sufrió la menor, los médicos decidieron mantenerla sedada por más de dos semanas.

Además, los papás afrontaron una situación económica muy difícil, pues tuvieron que usar gran parte de sus recursos para quedarse en San José y acompañar a su pequeña hija, afortunadamente al final todo eso valió la pena.

De nuevo en casa

La última vez que habíamos conversado con los papás de Dayana fue en abril de este año, cuando nos contaron que la recuperación de la pequeñita había avanzado mucho, pero que aún le quedaban algunos meses de internamiento.

En estos días los contactamos de nuevo y Eva nos contó que, luego de esperar tantos meses, finalmente el pasado lunes 5 de julio, los médicos dieron el visto bueno para que la chiquita regresara junto a ellos a su hogar.

“Después de seis meses muy difíciles ahí en el hospital, fue muy alegre y bonito tener a toda nuestra familia reunida nuevamente.

“Para ella fue muy emocionante volver a ver a sus hermanitos después de tanto tiempo”, contó la mamá.

Cumplió su sueño

Antes de que ocurriera el incidente, Dayana se encontraba muy emocionada por iniciar su primer año de escuela; sin embargo, dicha situación se lo impidió.

Pese a esto, su mamá contó que la pequeñita, que es toda una guerrera, finalmente logró cumplir el sueño que tenía de ir a al escuela.

“Le faltaban cuatro días para entrar a la escuela cuando le pasó eso. Gracias a Dios desde el 6 de setiembre ella está en la escuela, estuvo asistiendo con toda normalidad.

“Para mi fue emocionante, como si fuera la primera vez que la iba a dejarla, aunque ya en el kínder lo había hecho, pero vieras que ella se adaptó completamente, sus compañeritos y maestros también la recibieron con muchísimo cariño”, contó González.

Añadió que pese a todo lo que ha vivido en su corta vida, Dayana es una chiquita muy alegre y con una sonrisa que no se le borra con nada.

“Gracias a Dios es una niña muy valiente, muy guerrera y de ánimo está demasiado bien, más bien no sé qué hacerle para que se quede quieta un momento, si usted la viera, ella es una niña demasiado feliz, como si nada le hubiera pasado”.

Recuperación avanza

La mamá explicó que la recuperación de la pequeña ha avanzado muy bien, actualmente está recibiendo terapias físicas y los injertos de piel que le hicieron en la cabecita la han ayudado mucho.

Sin embargo, por la situación económica que atraviesas los papás, no la pueden llevar tanto a las terapias como ellos quisieran.

“De momento estamos asistiendo al hospital de San Carlos una vez a la semana, nos habían puesto dos veces a la semana, pero por la economía, las cosas de la casa y los demás chiquitos, les dije a los doctores que no podíamos y que si era posible que pudiéramos ir una vez a la semana”, comentó.

Eva finalizó diciendo que está muy agradecida con Dios por darle una segunda oportunidad a su amada hija, además agradeció a las decenas de personas que siempre estuvieron pendientes de Dayana y que de una u otra forma aportaron un granito de arena para ayudar a la familia.