La influencia indirecta de la tormenta tropical Julia afectó a muchísimas personas en la zona sur del país este domingo, incluida la pequeña Daylin Alvarado, de cuatro añitos, quien está muy triste porque perdió todos sus juguetes.

Esta vecinita de Puerto Cortés sufre un padecimiento crónico en su metabolismo que provoca que la mayoría de sus días esté enfermita.

Ese mal hace que le dan unas calenturas altísimas, dolor en su cuerpito, problemas de respiración y sanguíneos, además se cansa muy rápido, pero como todo niño, ella lo único que quiere es jugar, pues eso hace felices sus días.

La menor y su mamá, Maryuri López, fueron de las familias más afectadas en su comunidad.

La mamita nos contó que la alegría de su hija es pasar horas jugando con sus muñequitas y trastecitos. Ella, además, nos mostró los documentos del padecimiento y de sus citas.

Daylin, a pesar de no tener ya sus juguetes pues se los llevó la corriente, no pierde la felicidad y juega con lo poquito, todo lleno de barro, que quedó en la casa.

La mamá, de 44 años, tiene 13 años de vivir en Puerto Cortés. “Aquí llueve todo el año, estamos a 50 metros del Río Térraba. Contra la naturaleza no se puede hacer nada”.

Esta familia ha superado tres inundaciones en los últimos cinco años y, a pesar de todo lo que están viviendo en estos días, tienen la gran preocupación de no tener para pagar el alquiler.

“Hoy vino el dueño a cobrar el mes y ni siquiera se bajó del carro. No le importó en qué condiciones estaba la casa”, contó Maryuri, quien añadió que su familia está compuesta por cuatro miembros y alquilan casa desde hace 13 años

Ellos pagan ¢70 mil al mes, con o sin inundación, no importa cómo se comporte la naturaleza.

Esta madre desesperada pide ayuda porque hasta el día de nuestra visita no habían recibido ayuda de nadie.

Si usted quiere echarles una mano puede contactarlas al teléfono 8611-1754.

Se llevó los zapatos

Otro al que el huracán Julia golpeó duro fue a don Luis Rafael Espinoza, quien se gana la vida como zapatero en Osa, ya que el agua se llevó los zapatos de sus clientes.

Para darse una idea de lo que pasaron estas familias, el agua alcanzó metro y medio de altura en algunos lugares. Los riesgos de inundaciones en Osa ponen en peligro la vida de los casi diez mil habitantes del cantón.

Por eso don Luis le pide al alcalde ayuda y una pronta solución para no seguir viviendo lo mismo año con año.

Sin los equipos

Don Gilberth Calderón tiene 65 años, no sabe leer ni escribir, pero es el soldador más famoso de Ciudad Cortés, trabaja en este oficio desde los 17 años.

Él nos contó que desde su adolescencia y en compañía de su padre aprendió ese importante trabajo.

Hacerse de las herramientas para ejercer su trabajo fue toda una proeza, porque no tenía los medios para comprarlas. Cuando empezaron a surgir clientes fue que poco a poco las adquirió.

Hoy, 48 años después, perdió todo su equipo de soldadura en cuestión de dos horas, el agua subió metro y medio de altura y se llevó todo.

Este soldador vive solo en un cuarto y las pocas cositas que tenía se las llevó o las dañó el agua.

“Cuando me di cuenta, la refri flotaba, es duro pasar por esta situación”, relató.

Don Gilberth dice que hace cinco años no pasaban por una inundación tan fuerte, ahora le toca limpiar y ver qué le sirve para seguir trabajando.

Eso sí, él es de los que piensa que lo más importante es la vida ya que lo material se repone, aunque necesite otros 48 años.

Para este bretedor, a la municipalidad le falta trabajar más a profundidad en el dique para evitar futuras afectaciones y que sigan dañando a tantas familias.

Aunque la mañana de este lunes amanecieron 825 personas en albergues, la Comisión Nacional de Emergencias (CNE) informó a las 4:18 de la tarde de este lunes que allí se mantienen 533 personas.

En Buenos Aires de Puntarenas hay albergadas 144 personas, en Golfito 181, en Osa 191, en Liberia 9 y en Puntarenas 8.

El Pacífico Sur se mantiene en alerta roja, mientras que en amarilla está el Pacífico Norte, los distritos de Paquera, Cóbano y Jicaral, y las islas del Golfo de Nicoya, además la zona norte, incluyendo Sarapiquí.

En alerta verde se mantiene la región Central, Pacífico Central y Caribe.