Ibis Salas Rodríguez es una campeona, ella sufrió un accidente de tránsito el 19 de octubre pasado, en el que perdió parte de su brazo izquierdo, pero eso en ningún momento la ha frenado, al contrario, ahora siente que su vida tiene un gran propósito.

Ella estuvo internada en el hospital Monseñor Sanabria de Puntarenas y en el Calderón Guardia, luego de salir de ahí la enviaron a una terapia en el Cenare pero está suspendida por el coronavirus.

“He estado haciendo ejercicios para que mi brazo se vaya activando de nuevo, por decirlo así, y para que sea más fácil que se adapte más adelante a una prótesis.

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“No voy a decir que ha sido un proceso fácil, porque sería mentir, a veces uno se siente un poco frustrado al ver que no puede hacer las mismas cosas que antes, pero creo que es cuestión de tiempo. He tenido fortaleza gracias a Dios y eso me ha ayudado a adaptarme. Aún me cuesta mucho amarrarme los zapatos y cocinar, pero no me voy a rendir”, aseguró la valiente.

Salas ha ido acostumbrándose a su nueva condición y, pese a que el muñoncito todavía no está del todo sano, ya puede apoyarlo un poquito y así se la juega para hacer sus cosas.

“Una muchacha acostumbra venir a ayudarme con las cosas de la casa tres veces a la semana, pero con lo de la pandemia he estado tratando de jugármela sola, tengo que ir soltándome", comentó.

Fiel compañero

Simba es el perrito de Ibis, él siempre ha sido el compañero incondicional de ella y en estos días la ha ayudado a distraerse.

“Con todo esto de la cuarentena nos ha tocado a los dos quedarnos en casa y nos distraemos jugando. Él es tan especial para mí que hasta me hice un tatuaje de su carita en el brazo derecho”, contó.

El peludito le dio un gran susto cuando ocurrió el accidente en el que ella perdió el brazo, porque ese día viajaban juntos, pero luego del vuelco se asustó tanto que salió corriendo.

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Cuando se dio el incidente ellos viajaban de Santa Cruz de Guanacaste hacia San José. Salas perdió el control del vehículo cuando iba por La Roca de Caldera y se volcó.

Mientras Ibis estaba internada, le pedía ayuda a sus seres queridos para que buscaran el animalito ya que el no saber nada de Simba la ponía muy triste.

Unas personas que vivían cerca del lugar del suceso contaron a los allegados de la sobreviviente que escuchaban a un perro ladrar, por lo que pidieron ayuda a los bomberos. Los rescatistas empezaron la búsqueda y encontraron el perrito tres días después del accidente. Estaba asustado, con mucha sed y con una pata golpeada, pero no tenía lesiones graves.

Otro golpe

Cuando Ibis salió del Calderón, el pasado 6 de noviembre, en lugar de irse para la casa a ponerse las pilas con la recuperación, tuvo que ir a cuidar a su mamá, doña Tahis Rodríguez, quien estaba internada en el hospital México porque había sufrido un infarto.

“Mi mamá estuvo en coma como dos meses y luego murió. Fue muy duro, pero era peor verla malita en una cama porque ella siempre fue muy activa.

“Poco a poco he ido asimilando que ella ya no está. Desde junio pasado ella vivía conmigo, entonces he sentido mucho la ausencia, en la casa ahora quedamos solo Simba y yo”, relató.

Un propósito

“Yo siento que tal vez todo esto me pasó para ayudar a otras personas a enfrentar la vida de forma positiva, porque ya dos veces me dan dicho que el ver cómo estoy llevando mi situación les ha dado fuerza a ellos para encarar los problemas y limitaciones que viven", aseguró la valiente.

Ibis dice que seguirá trabajando duro en su recuperación y terapia para que así le puedan dar una prótesis, pues cree que eso la va a ayudar muchísimo.

“Soy consciente de que gran parte de la recuperación depende de una buena actitud y por eso trato de ser positiva siempre, quiero seguir luchando y volver a hacer todo lo que hacía antes del accidente, sé que es difícil, pero no imposible”, aseguró la luchadora.