Cuando doña Ana María Rodríguez abrió sus ojos vio que se encontraba en un hospital, pero más allá de preocuparse por su estado, lo primero que hizo fue pedir que le llevaran a su bebita de 4 meses, pero recibió la devastadora noticia de que esta acababa de morir a consecuencia de uno de los peores accidentes de tránsito en la historia del país.
“Cuando desperté en el hospital yo nada más pedía a la chiquita, porque yo oía a los chiquitos llorando. Yo decía: ‘la chiquita tiene hambre, tráiganmela’ y fue cuando la enfermera que estuvo en mi parto me dijo: ‘cuando nació su bebé le dije que era muy linda y ahora le tengo que decir que su hija murió’ y de una vez me inyectaron para que yo quedara tranquila”, recordó.
Este domingo se cumplieron 40 años desde que Rodríguez recibió esa terrible noticia y pese al dolor que le causó la muerte de su pequeña Jessica, ella se siente agradecida con Dios por ser una de las sobrevivientes de la tragedia de Puente Casa, en Florencia de San Carlos, la cual cobró la vida de 22 personas.
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Ese fatal hecho, que es recordado por muchos, ocurrió cerca de la 1 p. m. del 21 de enero de 1984, cuando 119 personas, entre ella doña Ana María y su bebita, viajaban en el bus marca Sedom, modelo 1969 de nombre El Betzabé, el cual tenía como destino Coopevega de Cutris.
“Eso fue muy duro, pero ahí lo hemos superado, gracias a Dios porque me dio más hijos, tengo seis hijos más (tres mujeres y tres hombres), pero en el momento fue muy duro, porque era mi primera hija y estábamos recién casados, entonces son cosas muy dolorosas”, recordó la señora.
El incidente ocurrió en la vuelta de Puente Casa, cuando el bus se quedó sin frenos y fue a dar a un guindo. Al parecer, el exceso de pasajeros y equipaje pudo haber influido en la tragedia.
Iba a casa de su mamá
Rodríguez recordó que ese día se dirigía hacia la casa de su mamá, pues tenía agendada una cita para su bebita en el hospital de San Carlos y como les urgía llegar decidieron subir al bus pese a que este iba repleto.
“Un muchacho que le decían Caramelo, que era tractorista, me dijo que me sentara en su campo y al final él se murió, porque iba de pie”, agregó.
Doña Ana María no recuerda muy bien lo que pasó ese día, los últimos recuerdos que tiene son de cuando el bus empezó a dar brincos debido a que el conductor había perdido el control.
“Dijeron que el bus estaba sin frenos y todo el mundo gritaba. Yo traía a mi chiquita en mis regazos, la iba amamantando, cuando sentí los brincos lo que hice fue agarrarla bien duro, pero muy rápido me golpeé la cabeza”.
Triste noticia
Según Rodríguez, tras el accidente muchos la dieron por muerta, pero se dieron cuenta que estaban equivocados al ver que movía una mano. En cuanto a Jéssica, ella lloraba desconsoladamente y aún tenía leche en la boca.
Una vez en el hospital y tras recibir la noticia sobre la muerte de su hija, doña Ana María conversó con el médico que trató de salvarle la vida a su bebita.
“El doctor me dijo: ‘se murió en mis brazos, cuando yo agarré a la chiquita aquí en el hospital ahí murió ella. Me dijo que estuviera tranquila, que ella ya estaba en el cielo y que yo tenía que seguir luchando, pero fue muy duro”.
Con mucho esfuerzo y agarrada de la mano de Dios, doña Ana María pudo continuar con su vida y formar una familia aún más grande, sin embargo, en su memoria se mantiene los recuerdos de ese trágico día en el que perdió a su primera hija.
Este domingo a las 11 a. m. se realizará una misa por el 40 aniversario del accidente para honrar el recuerdo de los fallecidos, la actividad tendrá lugar en la escuela de Puente Casa.