Para Patricia Aird y toda su familia, la justicia costarricense no ha sido pronta ni cumplida, pues llevan cuatro años esperando que los novios sospechosos de mandar a matar a Bernard Aird Barrot, de 58 años, sean llevados a juicio, pero el caso sigue varado.
“Sentimos que el caso está como muerto, que ya nadie se acuerda de esto, queremos denunciar que ya han pasado más de cuatro años y nosotros seguimos esperando por justicia, no es posible que a estas alturas no haya pasado nada”, aseguró Patricia, hermana de la víctima.
Bernard, quien trabajó 37 años como técnico del departamento de Tecnologías de Información en la Compañía Nacional de Fuerza y Luz (CNFL), fue asesinado en abril del 2017 dentro de su casa, ubicada en la alameda Los Melones, en Zetillal de Goicoechea.
A él lo encontraron sin vida dos de sus compañeros de trabajo, luego de que les extrañara no verlo llegar a la oficina por dos días, además de que no contestaba las llamadas. El OIJ informó que el señor tenía ocho puñaladas entre el pecho, el estómago y el cuello.
Por este crimen, la Policía Judicial detuvo en agosto del 2019 a una pareja de novios como sospechosa. Se trata de un hombre apellidado Hernández Jaén, de 25 años, y una mujer de apellidos Jiménez Herrera, de 25. El muchacho vivía a pocos metros de la casa de Aird.
Además, ese mismo mes las autoridades detuvieron a un sujeto de apellidos Castro Quirós, quien sería la persona contratada por la pareja para cometer el crimen.
En aquel momento, el OIJ dio a conocer que Bernard también se dedicaba a prestar dinero y que, en apariencia, los novios lo mataron debido a una cuenta que tenían con él, pero la hermana del técnico contó otra versión.
Le habrían sacado una millonada
Patricia confirmó que su hermano sí se dedicaba a prestar dinero, pero aseguró que ese no fue el motivo por el cual lo asesinaron.
Ella contó que Bernard se había hecho muy amigo de la familia de Hernández, especialmente de la abuela de este, y como vivían muy cerca, ella lo pasaba invitando a tomar café.
Al parecer, según cuenta Patricia, el sospechoso se habría aprovechado de la confianza que Aird le tenía a él y a su familia para, supuestamente, sustraerle un montón de dinero.
“El asunto fue que mi hermano se compró un celular de última generación, pero le pasaban las mías, que le costaba entender cómo usarlo. Entonces, al parecer, le pidió al muchacho (Hernández) el favor de que le ayudara a meterle los datos al teléfono y todo lo que él necesitaba, pero en esa situación, en apariencia, el sujeto este pudo captar las cuentas bancarias de mi hermano y le sacó ¢10 millones, junto con la novia (Jiménez)”, detalló la hermana.
Patricia contó que Bernard se dio cuenta de la situación y habría ido a enjacharlos, les dijo que tenían una semana para devolverle el dinero o los iba a denunciar.
Una semana después de esa supuesta conversación fue cuando hallaron el cuerpo del técnico.
“Ellos iban bien preparados para matarlo, porque vea que la puerta del cuarto de él, la sellaron como con una especie de silicón o tapagoteras (para que no saliera el dolor del cuerpo en descomposición)”, explicó.
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La señora contó que el OIJ siempre tuvo la sospecha de que los responsables del crimen conocían a Bernard, por eso es que dos años después del homicidio realizaron un operativo en la localidad para buscar más información. Poco después de eso detuvieron a la pareja.
“Supuestamente la que más gasto la plata fue la mujer, al parecer ella se dio sus lujos y empezó a gastar plata a diestra y siniestra, por eso fue que el OIJ le llegó, porque ella no era una persona de muchos recursos”, comentó la pariente.
Miedo a la soledad
Patricia contó que su hermano ya había cumplido con todas las cuotas para poder pensionarse, pero lo pensaba dos veces para hacerlo pues sentía que le iba a hacer falta estar con sus compañeros.
”Tenía cualquier cantidad de años de trabajar ahí (CNFL), entre los papelitos que recogí de él vi que ya estaba haciendo trámites para pensionarse, porque él era una persona muy enferma, padecía epilepsia.
“Él no se pensionaba porque no quería estar solo, no lo había hecho antes porque no le gustaba vivir en soledad”, contó.
Aird dijo que el deseo de que se haga justicia por el caso de su hermano tomó más fuerza en estas últimas semanas, debido a que vio que otros casos de homicidios ocurridos mucho después ya fueron enviados a juicio.
“Hace un año mataron a esta muchacha Luany y ya juzgaron al tipo, lo mismo con el caso de Allison que ya va a empezar el juicio, también pasó con el señor del ICE que mataron en la casa, entonces lo que yo pregunto es: ¿nosotros somos invisibles? ¿Mi hermano no vale lo mismo que ellos?”, destacó.
Al consultar en la Fiscalía sobre el caso, nos respondieron que el caso “avanza en la etapa preparatoria de la investigación”.
“La Fiscalía indicó que Castro cumple la medida cautelar de firmar periódicamente, mientras que Hernández se encuentra en prisión por otra causa. Respecto a Jiménez, nos encontramos a la espera de recibir la información respectiva”, aseguró la oficina de prensa del Ministerio Público.