La Policía Profesional de Migración se encargó de ponerle fin a las “vacaciones” de cinco mareros que escogieron a Costa Rica como su escondite.
Los salvadoreños fueron deportados de Tiquicia este fin de semana; sin embargo, fue hasta la tarde de este miércoles que la Dirección General de Migración y Extranjería dio a conocer los casos.
Se trata de cinco extranjeros de apellidos Quintanilla, Ramírez, Santamaría, Mira y Alvarado, quienes cuentan con antecedentes penales ligados a la maras y otras pandillas en El Salvador y en Estados Unidos.
Aunque no detallaron cómo se dieron las capturas, las autoridades confirmaron que los pandilleros fueron sorprendidos en operativos realizados por la Policía de Migración, en los cuales se hizo una revisión de las bases de datos en busca de alertas internacionales.
No aprendieron
En el caso del bicho apellidado Quintanilla, Migración confirmó que esta es la segunda ocasión en la que es deportado de Costa Rica.
La primera ocurrió en el año 2017, luego de que el maleantazo cumplió una condena de 3 años y cuatro meses por un delito de robo agravado. Quintanilla además tenía un impedimento de entrada a Tiquicia.
En el caso de Ramírez, este fue deportado de Estados Unidos en el 2001 y cuenta con antecedentes de amenazas con arma blanca, además tiene tatuajes que lo ligan con la mara salvatrucha MS-13.
En cuanto a Santamaría, este tiene antecedentes por posesión de drogas, extorsión agravada y fue deportado en dos ocasiones de los Estados Unidos por su vinculo con la pandilla MS-13 de Los Ángeles, California.
Por su parte, Alvarado posee antecedentes por tenencia y portación ilegal de armas de fuego y fue deportado de Estados Unidos en el año 2010. Y por último, Mira cuenta con antecedentes penales por receptación (tener objetos robados) y asociaciones ilícitas.
Los cinco extranjeros fueron entregados a las autoridades de El Salvador, pues son requeridos para la verificación de asuntos pendientes.