El niño tico de 6 años abandonado en el desierto de Luckeville en Arizona, Estados Unidos, cantó a su tío con las autoridades gringas de haberlo dejado ahí.
Por ese motivo, la Policía de Migración de Costa Rica detuvo la mañana de este miércoles al familiar del pequeño, un sacerdote de apellidos Brenes Villalobos, de 47 años, como sospechoso de abandonar a la criatura el 19 de junio del 2018.
Para reforzar la versión, el menorcito andaba un papel con varios números de teléfono, y entre esos estaba el de su tío sacerdote. También andaba su certificado de nacimiento.
La detención de Brenes ocurrió frente a la casa cural de Sardinal de Carrillo, Guanacaste.
Al cura lo llevaron en un carro hasta el aeropuerto de Liberia y allí lo montaron en una avioneta hasta el aeropuerto Tobías Bolaños de Pavas, para luego pasarlo a los Tribunales de San José.
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Las autoridades de Migración dijeron que el sacerdote es investigado por los delitos de tráfico ilícito de migrantes y abandono de incapaz. La detención estuvo dirigida por la Fiscalía Adjunta Contra la Trata de Personas y Tráfico Ilícito de Migrantes.
La investigación contra Brenes inició luego de que encontraran al pequeñito llorando y bajo temperaturas de calor bastante altas, pues ascendían los 38 grados.
Según la investigación, el tío y el sobrinito salieron por el aeropuerto Juan Santamaría hasta el Distrito Federal de México, de allí se fueron hasta Hermosillo, capital del estado de Sonora, ciudad mexicana que está a 287 kilómetros de la frontera entre Estados Unidos y México y luego se fueron hasta el desierto de Arizona.
Luego el cura le habría dado instrucciones para que continuara el trayecto, donde sería rescatado por alguna persona.
Un día después, el sacerdote regresó a Costa Rica.
Stephen Madden, director de la Policía Profesional de Migración dijo que el niño quedó a pocos kilómetros de la frontera con Estados unidos.
“Según la información de las autoridades estadounidenses, una vez allí lo abandona en el desierto, atentando directamente contra la vida y la salud del menor”.
"La Policía de Migración al tener conocimiento de la situación del menor de edad, y de acuerdo a los compromisos que la institución ha adquirido en materia de protección a la niñez, realiza la apertura de esta investigación por exponer a un menor costarricense a peligros extremos y abandono”, afirmó Madden.
Niño sigue en Estados Unidos
Al chiquito lo pusieron a salvo, lo llevaron a un albergue en la ciudad de Tucson, también en Arizona y luego lo pasaron a otro en El Bronx, de Nueva York, para que estuviera cerca de sus padres.
Fue hasta setiembre del 2018 que el Gobierno de Estados Unidos entregó el menor a sus papás.
El director de la Policía de Migración dijo que la familia sigue en Estados Unidos, al parecer continúan de manera irregular.
“Se logró establecer que los padres y el menor se mantienen en Estados Unidos. Independientemente del reproche social o moral, además del parentesco con el niño, esto irá a una causa penal”, expresó Madden.
La Diócesis de Tilarán-Liberia afirmó que está a disposición de las autoridades judiciales para facilitar la investigación contra el cura.
“Se desconoce los detalles de las sospechas que pesan sobre el presbítero, quien desempeñaba su labor pastoral con normalidad en la parroquia de Sardinal Carrillo”, dijeron mediante un comunicado de prensa.
Niño se salvó de milagro
En esta ocasión el niño tico topó con suerte, pues autoridades estadounidenses han encontrado cadáveres de menores en el desierto.
Uno de estos lamentables casos ocurrió el 14 de junio anterior, cuando los agentes de la Patrulla Fronteriza Sector Tucson hallaron el cuerpo de una niña de 7 años, de la India.
Los restos estaban unos 27 kilómetros al oeste de Lukeville, en el desierto de Arizona. Las autoridades buscaron a los familiares de la pequeña, pero lo que hallaron fueron huellas en la que parecía que se devolvieron a México.
En 2014, otro hecho conmocionó luego de que una niña de 12 años salió de Ecuador para reunirse con sus padres en el Bronx, en Nueva York, se llamaba Noemí Álvarez Quillay y nunca se reunió con su familia.
Ella fue abusada sexualmente por contrabandistas en la frontera, en Ciudad Juárez, México. Luego la encontraron sin vida en Jalisco, México.
El medio estadounidense New York Times indicó en abril anterior que muchos de los menores suelen llevar escritos en su ropa o en pedazos de papel los teléfonos de familiares que ya se encuentran en Estados Unidos.
Los niños que realizan estas travesías enfrentan el riesgo de violación, explotación sexual o abuso por parte de los coyotes, así como de enfermarse gravemente, morir por el calor, el frío o la deshidratación por las condiciones del lugar.