EscucharAsustados es como están los testigos presenciales que vieron y auxiliaron a Manfred Barberena Novoa tras ser atacado por unos delincuentes que lo terminaron matando.
Los testigos fueron convocados para el juicio que se sigue por este homicidio, sin embargo por medio del fiscal Alexander Mora le pidieron a los jueces no tener contacto visual con los acusados, pues fueron amenazados con la seña de que les dispararían justo cuando ellos llegaron a auxiliar a Barberena.
Para este martes 20 de febrero está programada la declaración de ellos, sin embargo en medio de su temor pidieron que los acusados no los vean y que incluso sean acompañados por un sicólogo.
No obstante, los jueces Ricardo Barahona Montero, Viviana Obando Méndez y Krycia Zamora Pérez rechazaron esa petición.
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Ante esta resolución los testigos se niegan a dar su testimonio; el debate está suspendido ante esta situación.
El fiscal Alexander Mora dijo que cuando los sospechosos escapaban habrían hecho con sus manos el ademán de dispararles a las personas que llegaron a auxiliar a Manfred.
Mora pidió que los acusados escuchen la declaración de los testigos, pero que no los puedan ver, afirmó que es una solicitud válida ante el temor por dicho gesto. Además de que en otras ocasiones, antes de ser detenidos, los han visto rondar San José.
“Es una solicitud válida, brindar esa protección a los testigos, los imputados van a estar dentro de la sala, cubiertos, van a escuchar lo que se está diciendo me parece que es una parte de lo que la administración de justicia debe procurar, así se estableció en el Código Procesal Penal, es un aspecto mínimo de no tener contacto visual para fines de mermar ese temor, ese miedo con que ellos viven desde aquel momento”, manifestó Mora.
Los acusados son un hombre de apellidos Chacón Parajeles, de 24 años, ya descuenta una sentencia por otro delito por 3 años y 4 meses.
El segundo es de apellidos Díaz Mejía, alias Chino, de 25 años, quien afirma ser consumidor de varias drogas, él cuenta con 92 pasadas por parte de la Fuerza Pública y otras autoridades.
La tercera es una mujer de apellidos Vargas Solano, de 29 años, quien se dedicaba al comercio de frutas en San José, en la cárcel estudia y trabaja en limpieza en su celda. Es madre de una hija de 16 años.
En apariencia todos son reconocidos por frecuentar San José y asaltar a víctimas.
